El apoyo de los principales acreedores y la adhesión casi plena de los bonistas argentinos habrían favorecido la alta aceptación. Los datos discriminados de cada familia permitirán saber si se disparan las Cláusulas de Acción Colectiva.

El período para la aceptación del canje de parte de acreedores de deuda bajo ley extranjera cerró este viernes y los primeros datos indican que la adhesión habría superado el 90%, incluso por encima de las expectativas de Martín Guzmán.
Fuentes de Economía, aseguraron a este medio que no hay números por el momento y que recién el lunes será el ministro Guzmán o el mismo Alberto Fernández quien dé a conocer el resultado. Según explicaron a LPO, el número no está porque los datos se ingresan tabulados y todavía no estaba hechas las agregaciones para dar el resultado general ni los parciales.
Lo relevante de un alto grado de adhesión es que deja al Gobierno no solo con un canje exitoso, sino con la posibilidad de un canje limpio en el que no quede ningún holdouts. Es que -a diferencia de lo que sucedió en el canje previo- esta vez los bonos cuentan con Cláusulas de Acción Colectiva (CACs) que establecen que si determinado porcentaje de tenedores de un bono consideró que la oferta era lo suficientemente buena, los que la hayan rechazado deberán aceptarla compulsivamente.
Cabe recordar que la deuda bajo ley extranjera se divide en dos grandes familias: la de los bonos K que tienen indenture 2005 y por ende requieren de una aceptación global del 85% de las acreencias de esos bonos para que se puedan disparar las CACs; y la de los bonos M con indenture 2016 que necesita la adhesión del 66,7% de las acreencias. Además de este requisito es necesario que de cada una de las 12 series de los bonos K haya una aceptación mínima del 66,7%, y que de cada una de las 17 series de bonos M se haya llegado a un mínimo del 50%.
Tener más de un 90% de aceptación no impide que en alguna serie de la familia K pueda haber menos de 66,7% de adhesión y que en ese entonces el canje sea exitoso, pero parcial y una parte de los acreedores pasen a ser holdouts. Lo que sí dificulta es que prospere en los tribunales de Nueva York un reclamo contra la Argentina.
Sea cual sea el porcentaje de adhesión, ahora el gobierno deberá emitir los nuevos títulos que llegarán el 7 de septiembre a manos de sus acreedores y recién a partir de su nuevas cotizaciones se podrá ver si la curva de tasas de interés pasa a tener una pendiente normal, sinónimo de haber despejado la desconfianza respecto del corto plazo.
En tanto, el miércoles 2 cierra el canje de la deuda bajo ley nacional donde se espera que la adhesión sea incluso mayor.