Pocos países han ido desplazando el dinero en efectivo de una forma tan acelerada como Suecia. De hecho, el efectivo está siendo eliminado tan rápido —la mitad de los comerciantes del país predice que dejará de aceptar billetes antes de 2025— que el gobierno ha tenido que recalcular los costos sociales de un futuro sin efectivo.
Las autoridades financieras que antes acogieron la tendencia ahora le han solicitado a los bancos que vendan billetes y monedas hasta que el gobierno determine las implicaciones para los consumidores jóvenes y viejos de no contar con efectivo. El banco central predice que el efectivo desaparecerá de Suecia y ha estado probando una moneda digital —la e-krona, o corona electrónica— para mantener un control firme en el suministro de dinero. Los legisladores están estudiando qué pasará con los pagos en línea y las cuentas bancarias si falla alguna red eléctrica o los servidores se entorpecen por averías eléctricas, piratas informáticos o incluso una guerra.
“En la posición en la que estamos, no sería adecuado quedarnos con los brazos cruzados sin hacer nada para solo notar a la distancia que el dinero en efectivo ha desaparecido”, dijo Stefan Ingves, gobernador del banco central sueco, conocido como Riksbank. “No se puede regresar en el tiempo, pero es necesario encontrar una manera de enfrentar el cambio”.