La excandidata a presidenta sugirió que será ministra de Milei, con desafío a Mauricio Macri incluido. Llamó a elecciones en el PRO y anunció que no seguirá al frente. El sector moderado de la coalición y las palomas de partido amarillo buscan rearmarse en una oposición de centro.
A casi dos semanas del balotaje que marcó el triunfo de Javier Milei y a un mes y medio desde la elección que marcó la derrota para Juntos por el Cambio, lacoalición, y especialmente el PRO, sigue envuelto en el caos.
La relación entre los halcones se carga de tensión a medida que se complica la negociación de Mauricio Macri con el nuevo presidente electo. Pero las fechas obligan a tomar decisiones, Patricia Bullrich da cada vez más señales de que se sumará al nuevo gabinete libertario y abrió una chance para que el partido pueda empezar a encauzar su interna y para que JxC, aunque debilitado, se reordene como espacio opositor.
“Convocaré a elecciones internas para principios de 2024 con el fin de renovar las autoridades nacionales de PRO Argentina. Mi decisión es no presentarme para un nuevo mandato. Dedicaré todo mi esfuerzo, energía y tiempo en trabajar por una Argentina próspera y segura”, anunció Bullrich este jueves por la noche.
Dentro del PRO la lectura fue clara, sobre todo por la última oración del mensaje: la excandidata a presidenta formará parte del Ejecutivo de Milei y lo haría como ministra de Seguridad, en contra de las pretenciones de Macri, que quería, por un lado, canalizar la negociación a través suyo y, por otro, supeditar el acuerdo de una sociedad de gobierno a que, primero, Cristian Ritondo fuera el elegido como presidente de la Cámara de Diputados.
Según sugirieron cerca de Bullrich, el anuncio de la hoy presidenta del PRO fue desligar al partido de su decisión de sumarse al próximo gobierno, algo que, por otra parte, pedían tanto los sectores más dialoguistas del PRO como los demás espacios que integran JxC. Cómo se terminará de desenvolver la relación entre Macri y Milei y qué sucederá con la presidencia de Diputados será clave para el futuro del partido amarillo y de la coalición opositora.
Según indican en LLA, el futuro ministro del Interior, Guillermo Francos, preferiría tener al frente de la Cámara Baja a Florencio Randazzo, bajo la premisa de que le daría mayor margen para negociar en el Congreso -a donde los libertarios llegan en clara debilidad- con el peronismo y los gobernadores del PJ menos ligados a Cristina Kirchner.
“Algunos diputados la van a acompañar a Patricia, eso deja a Ritondo con menos peso en lo que le puede ofrecer a Milei y mejora el atractivo de Randazzo. Todo esto da cierta oportunidad de mantener la cohesión. Si Ritondo no es presidente de la Cámara, si Patricia toma una decisión de forma individual, si el PRO no se integra en el gobierno, entonces hay chances de mantener un espacio opositor, no un cogobierno, pero sí voluntad para acompañar reformas necesarias”, opina, en diálogo con TN, un referente del PRO “dialoguista”.
En ese sentido, 10 gobernadores en funciones y electos bajo el paraguas de Juntos por el Cambio ya salieron a marcar la cancha y buscan rearmar la coalición como un espacio de oposición de “centro”, colaborativo, que otorgue gobernabilidad a la nueva gestión libertaria, pero sin formar parte del gobierno y, también, manteniéndose como opción a futuro.
El martes, los mandatarios armaron una cumbre con legisladores que provocó el enojo de una parte del PRO. Plantearon expresamente la necesidad de no ir hacia un “co-gobierno”, que cualquier dirigente que forme parte del nuevo Ejecutivo lo haga a “título personal” y que nadie de la coalición debería presidir la Cámara de Diputados.
“La premisa fundamental es la unidad de JxC, porque la alternativa si no será el kirchnerismo”, expresaron y agregaron: “Esa unidad nos va a dar la posibilidad de crecer y de volver a ser gobierno”.
Es decir, los gobernadores entienden dos cosas: por un lado, que necesitan autonomía y peso parlamentario para negociar con la nueva administración nacional en una situación financiera compleja; por el otro, que el éxito del gobierno que comenzará en diciembre no está garantizado, serán cuatro años difíciles y sin una opción opositora de centro la alternativa en unos años podría volver a ser el kirchnerismo o el PJ.
En ese contexto, el sector dialoguista del PRO también empieza a dar señales. En línea con los mandatarios, Horacio Rodríguez Larreta -que retiene peso legislativo y dirigencial- apuesta al perfil opositor y ya piensa a largo plazo.
Se encuentra en estas horas cerrando su gestión luego de ocho años al frente del Gobierno porteño, y 16 en total si se cuentan los ocho años previos que ofició como jefe de Gabinete. Este jueves por la tarde, con sus principales funcionarios, presentó un balance de lo hecho desde el 2015 en Educación, Trabajo, Seguridad, transformaciones urbanas, integración, etc. Por la noche encabezó una ceremonia en el Teatro Colón que incluyó a su equipo de gobierno y dirigentes políticos de distintos espacios. Este viernes a la mañana volverá a realizar un acto de balance en Uspallata.
Según indicaron dirigentes que participaron de esos encuentros, el jefe de Gobierno porteño saliente prometió “trabajar mantener la mayor unidad posible y para que JxC sea una oposición constructiva, pero una oposición”, y considera que el grueso de la coalición mantendrá la misma postura, es decir, la de ser oposición.
Larreta, que analiza la posibilidad de crear una fundación que le sirva de plataforma política en los próximos años, evita por ahora hablar de buscar “revancha” presidencial en el 2027, pero piensa a largo plazo y en lo “nacional”.
“No pone en duda ni por un minuto su vocación pública. Se va a dedicar a estudiar y seguir los temas públicos nacionales. Tiene ascendencia sobre varios diputados y senadores y va a trabajar con ellos para mantener una oposición constructiva, como plantean los gobernadores”, dijeron en las últimas horas muy cerca del jefe de gobierno saliente.