El dirigente de la izquierda uruguaya, Yamandú Orsi, tomó distancia incluso de sectores afines del Frente Amplio, su partido, que respaldó a la expresidenta. “Una cosa son los partidos y otra muy distinta el gobierno”, sostuvo. Llegó al país para presidir una cumbre del Mercosur
Al recibir la presidencia rotativa pro témpore del Mercosur, el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, arribó a Buenos Aires en medio de expectativas por el futuro del acuerdo con la Unión Europea y por la coyuntura regional, ante la cumbre del Mercosur de esta semana. Lo que sorprende, sin embargo, es su postura política frente a la condena contra Cristina Kirchner, pese a que sectores del Frente Amplio repudiaron la prisión domiciliaria contra la expresidenta.
“No es buena cosa que nos metamos en asuntos de otros países y menos cuando se trata de asuntos judiciales. Por tanto, todo el respeto y el deseo de que la democracia se fortalezca y no al revés”, dijo, al evitar pronunciarse sobre la situación de la dos veces mandataria.
En las últimas semanas, Orsi ya había declarado esa misma postura ante las consultas de la prensa uruguaya. El jefe de Estado, proveniente de la izquierda charrúa, toma distancia de otros presidentes de la región, como el brasileño Lula da Silva, quien se solidarizó y espera recibir la autorización judicial para visitar a la exmandataria en su prisión domiciliaria.
Tras llegar anoche al país, Orsi incluso se refirió a las declaraciones del Partido Comunista de Uruguay, integrante del Frente Amplio, y otros sectores que forman parte de la alianza progresista, que rechazaron la sentencia por la causa Vialidad. “Estoy al tanto de eso y no tengo comentario alguno para hacer. De todos modos algo debe quedar claro, al menos así funciona mi país: yo soy el presidente de todos los uruguayos, subrayo y reitero, de todos. Lo que haga cada partido político, en su legítimo derecho, forma parte de su libre albedrío para actuar o no actuar, declarar o no declarar. Una cosa son los partidos y otra muy distinta el gobierno”, expresó, en una entrevista con el diario Clarín.
A lo largo de la conversación, el gobernante precisó que su visita a la capital argentina tiene como eje la cooperación regional en el marco del Mercosur. Además, dejó en claro que por ahora no está prevista una bilateral con Javier Milei, aunque destacó el funcionamiento normal y la comunicación constante entre los equipos de ambos países. “No está fijada una reunión con el presidente Milei, pero mientras tanto siguen avanzando las relaciones bilaterales en los caminos lógicos. Y si efectivamente por una razón u otra se estableciera la bilateral, tenemos muchos temas de cooperación conjunta que evaluaremos en su debido momento”, consideró.
En su análisis sobre el bloque subregional, el presidente uruguayo se mostró optimista respecto a la activa gestión de Argentina durante su presidencia del Mercosur, y resaltó los progresos hacia un pacto con la Unión Europea y la EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza). “Estos meses hemos construido Mercosur. Es verdad, tenemos enormes dificultades, y hay que modernizar este acuerdo subregional. Estamos tan cerca de llegar al acuerdo con la Unión Europea y con los países europeos y los países del EFTA que sin duda van a cambiar mucho de nuestro escenario”, evaluó.
Orsi proyecta que, al cierre de la presidencia brasileña del bloque, podría firmarse el acuerdo comercial con los 27 países europeos y, potencialmente, con los cuatro países del EFTA, lo que implicaría el acceso a un mercado combinado de 800 millones de personas. “El Mercosur tiene que entrar en el escenario de modernización, pero sobre todo tiene que actuar y obtener resultados para concretar el acuerdo con la UE”, insistió.
En el marco de las negociaciones comerciales, según Orsi, China sigue teniendo un peso relevante para los socios del bloque. “Naturalmente, Uruguay como Argentina y como Brasil seguiremos una relación comercial muy intensa con China, casualmente creo de los tres países el primer partner comercial es China”.
Lo cierto es que, después de la gestión de Luis Lacalle Pou, quien tenía una mayor afinidad ideológica con Javier Milei en política exterior, Orsi reiteró que “hay un diálogo muy fluido entre mi canciller y el canciller argentino y hay una relación normal importante entre los ministros de economía de Argentina y Uruguay”. “Era lo que nos planteamos desde el primer momento, tener una relación extraordinaria con Argentina. E ir construyendo estas nuevas realidades con los nuevos desafíos que están planteando. Creo que vamos por muy buen camino, creo que el clima es estupendo”, auguró.
El presidente de Uruguay también abordó la situación diplomática con Venezuela, enfatizando que la reciente reapertura consular no implica en modo alguno el reconocimiento del régimen de Nicolás Maduro, que mantuvo el poder tras un nuevo proceso fraudulento. “Nosotros no hemos ido a una reapertura de relaciones diplomáticas con Venezuela. Hemos revitalizado las relaciones consulares que no es lo mismo”, aclaró, y remarcó que el “restablecimiento de un escenario cultural no significa en lo más mínimo que reconozcamos los resultados electorales de las últimas elecciones presidenciales. Eso lo hemos dicho y lo mantenemos”, ratificó.
Consultado sobre el legado de José “Pepe” Mujica (1935-2025), mentor político que falleció poco después de su asunción, Orsi compartió reflexiones personales: “Pensar con cabeza propia, escuchar, dudar, no cerrarme, no dejarme aislar. Cada charla con el viejo Pepe, me dejaron enseñanzas. Razonar sin baldes ideológicos, sin respuestas preconcebidas y entender que los sueños más hermosos y más justos requieren financiación”.
Hay expectativa en la nueva etapa que se abre para la izquierda en Uruguay, que inició este año con un nuevo mandato. Luego del período de Lacalle Pou, proveniente de la centro-derecha, Orsi remarca que es “presidente de todos los uruguayos” y que lo eligieron “sabiendo que mi estrategia es el diálogo”.
“Avanzaremos todo lo posible de acuerdo a nuestro programa, pero sabiendo que las polarizaciones absurdas y la puesta en marcha de un izquierdómetro que mida cuán, supuestamente, revolucionarios seríamos, solo perjudica y retrasa la atención a los más débiles”, señaló. Y explicó por qué plantea una búsqueda por capturar el “centro político” de su país. “En la anterior elección Luis Lacalle Pou ganó por 30.000 votos. Ahora yo fui electo por una diferencia de 100.000 votos pero en la primera vuelta no logramos mayoría en Diputados. ¿Lo puedo ignorar? Sería un irresponsable si lo hiciera», concluyó.