Lugo de que se conociera la inflación de abril de 6% ajustó la tasa de referencia en 200 puntos básicos. Los plazos fijos pasaron a ofrecer una remuneración de 4%, bien por debajo del IPC de abril y del al menos 5% que se espera para mayo.
En lo que va del año, la tasa fue siempre negativa, mirando la comparación mes a mes de la dinámica de precios contra el tipo de interés ofrecido, lo que implica una dificultad para ahorrar en pesos, en el marco de un cepo cambiario.
Acorde con lo que venía sucediendo en los últimos meses, a las pocas horas del dato inflacionario marcando picos históricos, el Directorio del BCRA reaccionó con una nueva suba de la tasa de interés. La Leliq quedó en una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 61,8%, lo que buscó instalarla por encima de la inflación interanual de 58% y de la expectativa para los próximos 12 meses, que para la city está en 58,2%, aunque cabe esperar que siga creciendo, en la medida en que la dinámica de precios siga mostrando resistencia a una desaceleración significativa.
A la par, la autoridad monetaria incrementó la remuneración para los plazos fijos, que quedó en 4% mensual. Muy por debajo del IPC del mes pasado y de lo que se espera para el actual.
La tasa de interés de política monetaria subió 2 puntos, en términos nominales. Es decir, la Leliq pasó de una Tasa Nominal Anual (TNA) de 47% a una de 49%. La TNA es la medida útil para estimar la variación mensual del tipo de interés. Así, la remuneración a los bancos por los pasivos del BCRA quedó en 4,1% mensual. Muy abajo de la inflación de 6% de abril y también de la de alrededor de 5% que se espera para mayo. Lo mismo corre para la tasa de 4% de los plazos fijos, que se deriva de una TNA que quedó en 48% para los de hasta $10 millones.
Ambas tasas están, sin embargo, levemente por encima del ritmo de 3,9% al que corrió el famoso crawling peg del dólar mayorista durante abril. En ese sentido, cabe destacar que el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) viene mostrando un atraso relativo respecto al inicio de la gestión. De hecho, se encuentra en el punto más bajo desde diciembre del 2019. El índice que publica diariamente el BCRA quedó en 95,9 puntos el 10 de mayo, último dato disponible. Eso es bien por debajo de los 124,2 puntos del 10 de diciembre de 2019 y de los 102,5 puntos del 31 de diciembre del 2021. Pero todavía a alguna distancia de los 91,2 puntos del 24 de abril del 2018, momento en el que se desató la crisis cambiaria que signó la última etapa del gobierno de Cambiemos.
En ese sentido, el acuerdo con el FMI no permite que el valor de la divisa sea usado nuevamente como ancla, tal como ocurrió durante el 2021 electoral. Resulta esperable entonces, señalan en el mercado, que ajuste a una velocidad mayor en las próximas semanas.
Desde el BCRA, una de las búsquedas es, desde hace meses, quedar siempre por encima de la inflación esperada por los analistas y bancos de la city, que se manifiesta mes a mes a través del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el propio Central. Ahí la proyección es que de acá a un año habrá un IPC interanual de 58,2%. Por eso el nuevo ajuste de tasa llevó a la TEA al 61,8%. Eso queda también por encima de la inflación interanual con mirada al pasado, que fue de 58% en abril.
Las otras búsquedas de la autoridad monetaria son evitar una suba exagerada de la tasa, para no dar la señal de que se espera una espiralización muy por encima de los niveles que proyecta la city, y evitar también multiplicar la emisión que generan las Leliq por los intereses devengados. Desde Ecolatina destacan que por cada punto de tasa los pagos del BCRA a los bancos crecen $75.000 millones al año.