Fue promulgada por el presidente ugandés y castiga con cadena perpetua por mantener relaciones homosexuales y penas de hasta 20 años por «promover la homosexualidad»
El presidente ugandés, Yoweri Museveni, firmó el lunes una ley que amenaza con la cadena perpetua o la pena de muerte a quienes participen en actividades homosexuales, renovando la preocupación internacional por los derechos humanos que podría hacer que las potencias occidentales corten millones de dólares de ayuda a la nación africana, que acaba de sufrir una epidemia de Ébola y tiene 1,4 millones de personas con VIH.
Museveni se basa en la idea de que las uniones del mismo sexo no son genéticas ni hormonales, sino que responden a problemas «psicológicos», y que ese tipo de relaciones son «antihumanidad»: «Si las personas del sexo opuesto dejan de apreciarse mutuamente, ¿cómo se propagará la raza humana?«, se preguntó.
La homosexualidad está penalizada en el país del este africano como un «crimen en contra del orden de la naturaleza», desde las leyes que rigieron durante la colonización, pero desde la independencia en 1962 nunca ha habido una condena por actos sexuales consentidos entre personas del mismo género.
La legislación cuenta con un amplio apoyo de la opinión pública en Uganda, un país mayoritariamente cristiano, donde las personas son muy religiosas y la comunidad LGBTIQ+ sufre mucha discriminación.
Fuertes críticas a la Ley contra la Homosexualidad
La Ley contra la Homosexualidad -aprobada por el Parlamento en marzo en una votación con un solo voto en contra- ya cosechó fuertes críticas. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, expresó que dicha legislación es «una de las peores de este tipo en el mundo».
En su opinión, supondría una «carta blanca» para la «violación sistemática» de los derechos humanos y alimentaría el odio social.
La ONU ya venía detectado un aumento del discurso de odio contra la población LGTBI y se hizo eco de un estudio de un grupo de la sociedad civil que denunciaba que solo en febrero se produjeron más de 110 incidentes contra esa comunidad, desde detenciones a desahucios, pasando por abusos sexuales o vejaciones públicas.
Además de la ONU, algunas naciones occidentales han criticado la ley, argumentando que viola los derechos humanos y podría dificultar cada vez más la educación sobre el VIH y su tratamiento.
Los grupos de activistas que pretenden educar a los ugandeses sobre las relaciones seguras entre personas del mismo sexo han expresado su preocupación por que la ley dificulte la lucha contra el VIH, que afecta a 1,4 millones de ugandeses, según la ONU.
Los colectivos LGTBI denunciaron que la ley otorga a las autoridades amplios poderes para perseguir a los homosexuales ugandeses que ya se enfrentan a la discriminación legal y a la violencia colectiva.
«Esta ley ambigua y vagamente redactada penaliza incluso a quienes ‘promuevan’ la homosexualidad o ‘intenten cometer el delito de homosexualidad’. En realidad, esta legislación profundamente represiva institucionalizará la discriminación, el odio y los prejuicios contra las personas LGBTI, incluidas las que son percibidas como LGBTI, y bloqueará el trabajo legítimo de la sociedad civil, los profesionales de la salud pública y los líderes comunitarios», aseguró en marzo el director regional de Amnistía Internacional para la zona del Este de África, Tigere Chagutah.
Qué dice la ley contra el colectivo LTGBI en Uganda
La Ley contra la Homosexualidad confirma una ley ya existente que permite la cadena perpetua para las personas que mantengan relaciones homosexuales, y añade varias medidas más drásticas, como permitir la pena de muerte para las personas seropositivas que mantengan relaciones sexuales repetidamente con alguien del mismo sexo y también cuando implican a menores o hay lazos familiares.
Además, contempla penas de prisión de hasta 20 años por «promover la homosexualidad» y de hasta cinco años por tocar a alguien con la «intención de cometer un acto de homosexualidad».
La ley, que persigue también a periodistas, cineastas o empresas si se los encuentra responsables de alguna forma de fomento de la homosexualidad.
En un intento por suavizar las críticas de las organizaciones internacionales de derechos humanos, las autoridades afirman que los cambios implican que solo se penalizarán los «actos» o la «promoción» de actividades homosexuales y no la orientación sexual en sí.
Según Museveni , sin embargo, «África debería proporcionar el liderazgo para salvar al mundo de esta degeneración y decadencia que es realmente muy peligrosa para la humanidad», afirmó el mandatario.