El Senado nombró a sus representantes. No aparece ningún libertario. Este año le corresponde comandar a la Cámara alta. Ahora se espera, sin mucha expectativa, que se mueva Diputados
La vicepresidenta, Victoria Villarruel, firmó el viernes pasado la resolución con los representantes de la Cámara alta en la estratégica bicameral que controla a los organismos de inteligencia. Entre los cuatro integrantes no aparece ningún legislador oficialista y, como para este año se espera que el Senado tome la presidencia de dicha comisión, la misma quedará en manos del misionero macrista Martín Goerling Lara.
El 13 de diciembre pasado, un conglomerado conformado por el oficialismo y la oposición anti kirchnerista votó a sus autoridades y la prioridad en la repartija de comisiones. Para las bicamerales de 16, este grupo se quedó con cinco de los ocho lugares y se dejó al Frente de Todos con tres.
La Inteligencia tiene 14 butacas, por lo que la división será de cuatro y tres. Como el kirchnerismo no informó sobre sus representantes -aún en queja por lo adoptado en diciembre último, pero sin presentaciones formales-, Villarruel avanzó con las designaciones y nombró a Goerling Lara; a Mariana Juri, radical mendocina que responde al gobernador, Alfredo Cornejo; al peronista disidente Edgardo Kueider (Entre Ríos); y a Edith Terenzi, aliada al gobernador de Chubut, Ignacio Torres.
El año pasado, la bicameral estuvo presidida por el ex radical y actual diputado cristinista Leopoldo Moreau. La comisión es una de las más jugosas y delicadas del Congreso: tiene reuniones y fondos reservados. Ahora se espera, con menos expectativa, que active Diputados. Todos estos movimientos serán seguidos de cerca y con lupa por la Casa Rosada.
Hay otras dos bicamerales con senadores elegidos y formalizados por Villarruel. La primera es la de la Defensoría del Pueblo, con un insólito Poder Legislativo que no puede votar a un defensor desde 2009. La otra, siempre deseada por las conexiones paralelas del submundo parlamentario, es la de la Biblioteca del Congreso.
Hay otras dos bicamerales con senadores elegidos y formalizados por Villarruel. La primera es la de la Defensoría del Pueblo, con un insólito Poder Legislativo que no puede votar a un defensor desde 2009. La otra, siempre deseada por las conexiones paralelas del submundo parlamentario, es la de la Biblioteca del Congreso.
Seguido a ello, buscará despachar más convenios internacionales, como los tratados sobre asistencia jurídica mutua en materia penal con Serbia y Cuba, y los de extradición con China, Polonia y Costa Rica.
Durante dicha jornada se intentarán integrar dos comisiones que no pudieron hacerlo la semana pasada, tras la rebelión de los opositores patagónicos José María Carambia(Santa Cruz) y Mónica Silva (Río Negro). Son las de Agricultura, Ganadería y Pesca; y de Trabajo y Previsión Social. También lo hará la de Defensa. Las tres quedarán bajo tutela del PRO, con Alfredo de Ángeli, Carmen Álvarez Rivero y -el jefe de bloque- Luis Juez, respectivamente.
En medio de esta puja con legisladores y gobernadores sureños aparece la necesidad de dar luz verde a los pliegos de embajadores políticos que ya tienen dictamen en la Cámara alta.