Una serie de tormentas severas, acompañadas por intensas lluvias e inundaciones, afectan a varios estados del centro y sur de Estados Unidos, agravando la situación en comunidades ya azotadas por tornados y fuertes vientos. Al menos 18 personas perdieron la vida en distintos puntos del país.
Las lluvias persistentes provocaron un aumento considerable en el caudal de los ríos e intensificaron las inundaciones en muchas regiones del sur y medio oeste del país. En áreas como Arkansas, Tennessee y Kentucky, donde el temporal golpeó con más fuerza, aunque las precipitaciones comenzaron a disminuir, el agua sigue subiendo, anegando casas, negocios y rutas enteras.
En Frankfort, la capital de Kentucky, los equipos de emergencia se movilizaron con botes inflables por calles inundadas para asistir a los vecinos. También se levantaron defensas con sacos de arena para evitar mayores daños, mientras se interrumpieron servicios esenciales ante el aumento del nivel del río Kentucky.
Hasta el domingo, este río había alcanzado los 14 metros de profundidad y se espera que llegue a casi 15 metros este lunes. Esto causa preocupación debido a que el sistema de muros de contención de la ciudad está diseñado para soportar niveles de agua de hasta 15,5 metros, explicó la alcaldesa Layne Wilkerson.
El panorama es incierto. Meteorólogos advierten que las lluvias intensas podrían continuar en varios estados, por lo que las alertas por posibles tornados se mantuvieron vigentes el domingo en zonas de Alabama, Georgia y Florida.
Víctimas fatales y evacuaciones
De las 18 víctimas confirmadas hasta ahora, 10 eran de Tennessee. En Kentucky, un niño de 9 años murió al ser arrastrado por las aguas cuando se dirigía a la escuela. En Arkansas, un niño de 5 años falleció tras caer un árbol sobre su casa. En Missouri, un joven bombero voluntario de 16 años murió en un accidente automovilístico mientras intentaba asistir a personas atrapadas por la tormenta.
El Servicio Meteorológico Nacional alertó que varias localidades podrían llegar a un “nivel de inundación importante”, lo que implica riesgo de afectaciones graves a viviendas, rutas, puentes e infraestructura clave.
En Kentucky, las autoridades ordenaron la evacuación de las ciudades de Falmouth y Butler, ambas situadas cerca del río Licking, que amenaza con alcanzar niveles históricos. Hace 30 años, una crecida similar dejó cinco muertos y destruyó unas 1.000 viviendas.
El impacto de las tormentas ocurre en un contexto complicado para el sistema de alertas meteorológicas, ya que la reducción de personal en el Servicio Meteorológico Nacional, implementada durante el gobierno de Trump, dejó a muchas oficinas con vacantes cercanas al 20%.
Comunidad entera bajo el agua
Un pueblo del noroeste de Tennessee, con apenas 200 habitantes, quedó casi completamente inundado luego del desborde del río Obion, agravado por un dique dañado desde febrero.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, Memphis acumuló hasta el domingo 35 centímetros de lluvia desde el miércoles, mientras que West Memphis y partes de Arkansas alcanzaron los 25 centímetros. Las tormentas avanzaron hacia el este, con caída de árboles en Alabama y Georgia.
Los expertos atribuyen estas condiciones extremas a un cóctel de altas temperaturas, humedad procedente del Golfo, vientos intensos y una atmósfera inestable.