El gobierno necesita que los nuevos objetivos sean aprobados por el FMI antes de los pagos de fin de mes con el organismo. De lo contrario, el BCRA deberá utilizar sus ya escasas reservas.
Finalmente, el Gobierno y el FMI anunciaron un principio de acuerdo. Deberá ser aprobado por el Directorio del organismo, lo que suele suceder con algún delay. Argentina está contrarreloj y el anuncio llegó justo sobre la hora: debe desembolsar USD2.600 millones el 31 de julio, más otros USD758 millones el 1 de agosto. Si no hay envío del FMI, deberá pagar con yuanes de sus reservas. En julio, el BCRA se desprendió de USD2.571 millones y las netas ya están en un negativo de USD7.700 millones. El acuerdo pone el eje en el equilibrio fiscal y el fortalecimiento de las reservas, además de un reconocimiento explícito por parte del Fondo del impacto de la sequía en ambas variables.
El uso de reservas y yuanes viene mostrando consecuencias y la moneda china se consolidó como la de mayor uso por el BCRA para sostener el rimo importador en el sector privado, que viene golpeado por las restricciones desde mediados del 2022. En lo que va de julio, el BCRA vendió divisas en el MULC por USD1.375 millones. De este total, el 76,5% fue en yuanes. Otro factor clave para la sangría de reservas en lo que va de julio fueron los pagos a bonistas privados, con los cupones de bonares y globales como protagonistas, por un total de USD1.136 millones en el mes. El viernes pasado, las reservas brutas tocaron el piso de USD25.205 millones, su punto más bajo desde el 28 de diciembre de 2015.
Este domingo, el Palacio de Hacienda y el organismo internacional emitieron un comunicado en conjunto, en donde confirmaron que «se han acordado los objetivos y parámetros centrales que serán la base para un ‘Staff Level Agreement’ que se espera finalizar en los próximos días para luego avanzar hacia la revisión del programa de Argentina». Se subrayó también que en el contexto de reconocer «el impacto de la sequía, el daño a las exportaciones y los ingresos fiscales del país» sobre las cuentas públicas argentinas, el nuevo acuerdo «busca consolidar el orden fiscal y fortalecer las reservas».
Las claves de la negociación con el FMI
Las tratativas burocráticas deberán hacerse en tiempo récord para que el gobierno argentino disponga de un desembolso de DEG, luego de que el Fondo pospusiera el envío por el equivalente a USD4.000 millones en junio, por el mencionado incumplimiento de las metas, a causa de la sequía. Comúnmente, el Directorio del FMI suele tratar y dar un veredicto final acerca de los Staff Level Agreement en un plazo de quince días. Sumado a que coincide con inicio de la temporada de vacaciones de verano en EEUU, si no se llega a cerrar en julio un tema de ese tenor sería tratado recién después de ese receso y los DEG tardarían demasiado en llegar. Este mes, el gobierno se vio obligado a unificar los pagos del 7, 14 y 28 de julio y los realizará recién el 31 de julio, fecha límite para no caer en impago. Si se suma el monto del 1 de agosto, el total asciende a USD3.358 millones.
Las negociaciones presenciales con los técnicos del FMI comenzaron el martes, con el arribo a Washington del viceministro Gabriel Rubinstein; el vicepresidente del BCRA, Lisandro Cleri; y su director, Jorge Carrera. El jueves, se sumaron el jefe de Asesores del Ministerio, Leonardo Madcur; y el secretario de Hacienda, Raúl Rigo. En simultáneo, hubo contactos vía zoom con la directora Gerenta del FMI, Kristalina Georgieva. Pese a que se esperaba que Massa viajara a EEUU la semana pasada, la dilación en la negociación impidió esa posibilidad. De todas maneras, no se descarta la posibilidad de que este miércoles se concrete.
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