Más de 2,3 millones de argentinos viajaron a Brasil en el primer semestre de 2025, pero el encarecimiento del real y una reforma fiscal que afecta los vuelos internacionales podrían revertir la tendencia. El sector aéreo advierte una posible caída del 30% en la demanda.
El turismo argentino atraviesa un auge inédito en Brasil: entre enero y junio de 2025, más de 2,3 millones de argentinos cruzaron la frontera, lo que representa el doble de visitantes en comparación con el mismo período del año anterior. Esa cifra equivale, además, a casi la mitad del total de turistas extranjeros que ingresaron al país vecino, consolidando a la Argentina como su principal mercado emisor.
Este fenómeno tuvo un impacto directo en la economía brasileña, con ingresos estimados en US$ 2.000 millones provenientes de turismo y comercio, principalmente en destinos como Río de Janeiro, Búzios, Florianópolis y Porto de Galinhas. Los niveles de ocupación hotelera, alquileres temporarios y consumo minorista experimentaron un fuerte repunte. Según datos de Airbnb, los usuarios argentinos lideraron las búsquedas para eventos de gran convocatoria, como el carnaval y el show de Lady Gaga en Copacabana.
La marca histórica de 2017, cuando se registraron 2,6 millones de visitantes argentinos, ya está prácticamente superada. Sin embargo, desde el sector turístico brasileño advierten que este “veranito” podría cortarse de manera abrupta si prosperan dos factores clave: la revalorización del real y una reforma tributaria impulsada por el Gobierno de Lula da Silva.
Desde el inicio del año, el real se fortaleció un 12,5% frente al dólar, encareciendo los precios internos para los turistas extranjeros. Esto ya se tradujo en un aumento cercano al 10% en pasajes aéreos y paquetes turísticos comercializados desde la Argentina.
A este escenario se suma una iniciativa fiscal que podría eliminar las exenciones impositivas a los vuelos internacionales. La medida, actualmente en análisis, implicaría la incorporación de una carga tributaria de hasta el 26,5% para estas rutas. De aprobarse, los pasajes a Brasil podrían encarecerse hasta un 25%, generando –según estimaciones del sector aéreo– una caída de la demanda del orden del 30%.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ya solicitó al Ejecutivo brasileño que los vuelos desde Argentina sean clasificados como rutas regionales, con el objetivo de mitigar el impacto de la medida y evitar una desaceleración del flujo turístico.
Mientras tanto, en la Argentina persiste la incertidumbre cambiaria. A pesar de la estabilidad actual, episodios recientes como la viralización de un video manipulado de Alejandro Fantino agitaron el mercado. El ministro de Economía, Luis Caputo, reconoció que podrían producirse “movimientos bruscos” en el tipo de cambio debido a una combinación de factores: caída de ingresos por exportaciones del agro, menor ingreso de divisas y una creciente demanda de dólares vinculada al clima electoral.
El escenario, tanto del lado brasileño como del argentino, podría complicar la planificación del verano 2026 y frenar el fenómeno que hoy parece imparable.
Fuente: El Economista