Donald Trump, autorizó el despliegue de 300 tropas estadounidenses en Chicago con el argumento de enfrentar lo que calificó como un “crimen fuera de control”
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó el despliegue de 300 tropas estadounidenses en Chicago con el argumento de enfrentar lo que calificó como un “crimen fuera de control”. La medida generó fuertes reacciones políticas y se produjo en simultáneo con una resolución judicial que bloqueó temporalmente un despliegue similar en Portland, Oregón.
El anuncio fue duramente criticado por autoridades demócratas. El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, acusó a Trump de “intentar crear una crisis” y afirmó que la decisión “incitará protestas” en la ciudad. También pidió al gobernador de Texas, Greg Abbott, “retirar inmediatamente cualquier apoyo” a la medida, luego de que el presidente ordenara redistribuir 400 miembros de la Guardia Nacional de Texas hacia Illinois, Oregón y otros estados.

Chicago se suma así a una lista de ciudades lideradas por demócratas —como Washington D.C., Los Ángeles, Memphis y Portland— donde el gobierno federal ha desplegado o intentado desplegar tropas en los últimos meses, bajo el argumento de reforzar la seguridad pública.
El fallo judicial en Oregón
El despliegue se produjo horas después de que una jueza federal de Portland, Karin Immergut, bloqueara temporalmente el uso de fuerzas armadas en esa ciudad, al considerar que la medida violaba la Constitución.
Immergut calificó las declaraciones del presidente sobre las condiciones en Portland como “ajenas a los hechos” y sostuvo que el uso de tropas sin consentimiento estatal “pone en riesgo la soberanía de Oregón y agrava las tensiones sociales”.

La gobernadora de ese estado, Tina Kotek, celebró el fallo y pidió al presidente “respetar la decisión judicial”. “No hay ninguna insurrección ni amenaza a la seguridad nacional. La única amenaza que enfrentamos es a nuestra democracia, y esa amenaza la lidera el presidente Trump”, declaró.
La administración anunció que apelará la decisión, mientras el mandatario reiteró sus críticas: “El lugar se está incendiando y ellos fingen que no pasa nada”, dijo a periodistas el sábado.
Incidentes en Chicago
El mismo día en que Trump autorizó el envío de tropas, se registró un incidente con agentes federales en Chicago. Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), personal de la Patrulla Fronteriza disparó contra una mujer armada después de que un grupo de manifestantes embistiera con sus autos a vehículos policiales.
La subsecretaria del DHS, Tricia McLaughlin, explicó que los agentes “se vieron obligados a disparar tiros defensivos contra un ciudadano estadounidense armado”. Las autoridades informaron que la mujer quedó trasladada a un hospital local y que sus lesiones no estaban claras.
Los hechos ocurrieron en medio de protestas frente a instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), donde se han concentrado manifestaciones por la aplicación de leyes migratorias.
Argumentos del gobierno federal
Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa Karoline Leavitt defendió la medida y aseguró que “Chicago necesita más refuerzos policiales”. Citó informes de que 30 personas fueron baleadas durante el fin de semana, cinco de ellas fatalmente. “Esto es completamente inaceptable —dijo—. El presidente quiere que las ciudades estadounidenses sean más seguras”.
Trump, por su parte, declaró ante líderes militares que pretende que las ciudades del país se conviertan en “campos de entrenamiento” para preparar a las tropas a “combatir al enemigo desde dentro”. “Son lugares muy inseguros y vamos a ir corrigiéndolos uno por uno”, afirmó.

El despliegue de tropas federales en ciudades estadounidenses ha abierto un debate jurídico sobre los límites del poder presidencial. Tradicionalmente, la Guardia Nacional es movilizada por los gobernadores estatales, y leyes federales antiguas restringen el uso de las fuerzas armadas en asuntos internos.
El gobernador Pritzker advirtió que la medida de Trump “crea una zona de guerra” y acusó al gobierno de “usar todos los recursos disponibles para impedir que mantengamos el orden”.
Contexto de seguridad en Chicago
Si bien el presidente argumenta un aumento del crimen en la ciudad, datos del Consejo de Justicia Penal muestran que los delitos violentos han disminuido en los últimos dos años. Entre enero y junio de este año, la tasa de homicidios cayó un tercio en comparación con el mismo período del año anterior.
Aun así, los niveles de violencia siguen siendo altos: durante el fin de semana festivo del Día del Trabajo, 58 personas resultaron baleadas, ocho de ellas mortalmente.

Hasta el momento, no está claro si las tropas federales ya arribaron a Chicago. Sin embargo, expertos anticipan que cualquier despliegue podría enfrentar impugnaciones legales por parte del estado y organizaciones civiles.
La decisión presidencial vuelve a tensar la relación entre el gobierno federal y los estados gobernados por demócratas, en un escenario donde el uso interno de las fuerzas armadas reaviva uno de los debates constitucionales más delicados de Estados Unidos.