Un grupo de estos animales apareció en la represa del Lago Salto Grande con un tinte verdoso en su pelaje. Por qué se produjo este fenómeno y qué consecuencias puede tener en la salud humana
Un grupo de carpinchos apareció cubierto con un tinte verdoso en la provincia de Entre Ríos, específicamente en la represa del Lago Salto Grande, en la ciudad de Concordia. La tonalidad llamativa, aparentemente adherida de forma aceitosa, llamó la atención de vecinos y turistas en las costas del río Uruguay. Quienes los vieron salir del agua notaron que su piel estaba teñida de verde de manera inusual.
El fenómeno se produjo por la proliferación de cianobacterias en el agua. ¿Qué son y cómo aparecen en estos lugares?
Días atrás, la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) alertó “acerca de la presencia de floraciones de cianobacterias en aguas del río Uruguay y sus afluentes” y detalló que “este fenómeno, conocido como ‘verdín’, suele ocurrir durante el verano debido a las altas temperaturas y puede presentarse en distintos cuerpos de agua”. Además, explicó que “las cianobacterias son microorganismos capaces de realizar fotosíntesis porque contienen clorofila. Estas son conocidas como ‘algas verde-azules’ y están presentes tanto en cuerpos de agua dulce como salada. Algunas de estas cianobacterias producen toxinas, lo que representa un riesgo para la salud humana y el ecosistema”.
El Ministerio de Salud de la Nación ha informado anteriormente que “las cianobacterias son algas verdeazules que liberan cianotoxinas en las aguas que se usan comúnmente en verano para refrescarse y pueden provocar una amplia variedad de infecciones como gastrointestinales, respiratorias, neurológicas, de la piel, de los oídos y de los ojos; siendo los síntomas más comunes la diarrea, erupciones cutáneas, dolor de oído, tos o irritación de congestión y dolor ocular”. Según el Ministerio de Salud de la Nación las cianobacterias pueden liberar cianotoxinas en aguas utilizadas para el recreo durante el verano y provocar diversas infecciones como gastrointestinales respiratorias neurológicas de la piel de los oídos y de los ojos
La exposición a cianotoxinas puede provocar síntomas como dolor de cabeza, malestar digestivo, náuseas, mareos, vómitos, irritación en la piel y los ojos, inflamación de oídos, nariz y garganta, tos seca, neumonía y, en casos graves, lesiones hepáticas. CARU advirtió que “la proliferación de cianobacterias puede afectar a las playas durante horas o días, con posibles impactos en la salud”. También recomendó que “la mejor medida de prevención es observar atentamente el agua y la arena. Si el agua presenta una coloración verdosa, aspecto turbio o acumulaciones de material similar a espuma, se recomienda evitar el contacto directo”.
Las principales vías de exposición incluyen la ingesta involuntaria de agua al practicar deportes acuáticos o al jugar en el agua, así como el contacto directo con la piel. A mayor cantidad de agua ingerida, ya sea de una sola vez o en pequeñas cantidades, mayor es el riesgo de intoxicación.
Los grupos más vulnerables a las toxinas de las cianobacterias son niños, embarazadas, adultos mayores y personas inmunodeprimidas. Pescadores y guardavidas, que tienen mayor contacto con el agua, también están expuestos. Además, las mascotas son especialmente sensibles y pueden manifestar síntomas en poco tiempo.CARU advirtió que la proliferación de cianobacterias puede afectar playas por horas o días y recomendó evitar el contacto con el agua si esta presenta coloración verdosa aspecto turbio o acumulaciones de material similar a espuma para prevenir riesgos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha señalado que “las toxinas cianobacterianas se encuentran entre las sustancias más peligrosas y se encuentran ampliamente presentes en los cuerpos de agua. Se producen de forma natural, pero la actividad humana influye en el grado en que proliferan las cianobacterias tóxicas”. También advirtió que “la gestión de lagos, embalses y ríos para prevenir las floraciones de cianobacterias es fundamental para proteger la salud humana”.
Sobre la peligrosidad de estas toxinas, la OMS explicó que “las cianobacterias se encuentran en casi todos los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, su presencia no supone automáticamente un riesgo para la salud pública”. Añadió que “las toxinas alcanzan concentraciones relevantes para la salud dependiendo de la taxonomía y biomasa de las cianobacterias”.
CARU recordó que “a través de su Departamento de Ambiente, realiza monitoreos semanales en el río” con el objetivo de evaluar la presencia de estas bacterias. El seguimiento constante de los niveles de cianobacterias permite adoptar medidas de prevención y minimizar los efectos en la salud humana y el ecosistema.