Se terminó el sueño de la Selección Argentina en el Mundial Sub 20. En la final de la Copa del Mundo, disputada en el Estadio Nacional Julio Martinez Pradanos de Santiago de Chile, el elenco de Diego Placente cayó 2-0 contra su par de Marruecos y se colgó la medalla de segundo puesto.
El equipo de Diego Placente, a diferencia de lo que le había pasado en todo el certamen, entró dormido al Estadio Nacional de Chile y lo pagó caro: quedó mal parado tras un pelotazo largo y frontal y Santino Barbi le tuvo que hacer falta a Yassir Zabiri (6′).
El elenco africano usó una tarjeta verde pidiendo expulsión y, aunque el árbitro Maurizio Mariani finalmente determinó falta afuera del área y amarilla, en un fallo polémico, el propio Zabiri se hizo cargo del tiro libre y abrió el marcador a los 12 minutos, con cierta complicidad de Barbi.
La Albiceleste, entonces, quedó obligada a remontar, una situación en la que no se había encontrado nunca a lo largo de la Copa del Mundo.
Con el estilo que lo llevó hasta la final, Marruecos le cedió la pelota y la cancha a Argentina, que con Gianluca Prestianni como faro por la banda izquierda trató de desequilibrar. En uno de sus embates, el delantero recibió falta, pero el tiro libre de Maher Carrizo se fue desviado.
A los seis veces campeones del mundo a nivel juvenil les costaba romper la segunda línea defensiva del conjunto rojo y los intentos se limitaban a centros o arrestos individuales. Y cerca de la media hora (29′) llegó otro golpazo.
Prestianni la perdió en ataque y Byar puso a correr a Maama, un infierno para la Albiceleste, que desbordó a Villalba y tiró un gran centro para la volea de un solitario Zabiri. Doblete del delantero de Famalicao y panorama complicadísimo para Argentina.
El elenco sudamericano, sin embargo, salió a jugar con actitud y, en dos ocasiones, estuvo muy cerca de descontar. Primero una apilada de Prestianni por la línea de fondo terminó en una atajada de Gomis y, luego, ya en tiempo añadido, Delgado puso a correr con un gran pase a Silvetti, quien ingresó en el primer tiempo por Acuña (34′), pero el de Inter Miami desperdició una chance clarísima.
Los dirigidos por Placente parecían enteros y cerca del 1-2, aunque también estuvieron a punto de quedar sentenciados: el tiro de Maama en la última encontró una gran salvada de Villalba sobre la línea.
Marruecos, cómodo teniendo la pelota la cuarta parte del tiempo, sabía que cualquier contragolpe podía ser letal para una Argentina que sabía que tenía que quemar naves en ataque, aunque eso significara descuidarse en defensa.
De cara al complemento, Placente volvió a mover el banco, mandando a la cancha a Andrada y Fernández en lugar de Pérez y Villalba, a quien le había costado el mano a mano con Maama. Luego entró Subiabre por Sarco, moviendo piezas en ataque para tratar de encontrar la fórmula para romper el cerco defensivo de Marruecos.
Pero Argentina, pese a jugar decididamente en campo marroquí, chocó una y otra vez con su impresición. Ni con centros ni desbordando ni tocando el medio ni pateando de lejos pudo romper el orden defensivo rival. Tampoco con las tarjetas verdes en busca de penales que no fueron.
Poco a poco, jugando ya también contra su nerviosismo, traducido en varias tarjetas amarillas, la Albiceleste, que con amor propio no paró de insistir y buscar, se fue apagando. Y el resultado, tras un excelente Mundial, en el que contaba sus seis presentaciones en victorias, no se volvió a mover.
En definitiva, el gran equipo de Placente se quedó a las puertas de la gloria por segunda vez en su historia (la otra, en 1983) y no pudo alzar su séptimo Mundial.
Marruecos, por su parte, hizo historia de la grande: ganó la primera Copa del Mundo, de cualquier categoría, en la historia de África septentrional. En esta categoría, Ghana había festejado en 2009, mientras que en la Sub 17 Nigeria suma 5 títulos (récord) y Ghana, 2.
