La información surgió cerca de las 19 y, una hora y media después, llegó la primera voz oficial. Leopoldo Luque es el neurocirujano que lo acompaña a diario y, como no podía ser de otra manera, también lo hizo en esta ocasión.

Fue quien lo aconsejó para que vaya a internarse y también fue la primera persona que dio su veredicto ante la prensa: «A Diego hay que ayudarlo», pidió encarecidamente.
En la puerda de la Clínica Ipensa, situada en 4 y 59 (La Plata), el facultativo empezó con un contundente relato: «Desmiento un cuadro de adicción. No pasa por ese lado. No fue una sobredosis. Hay que diferenciar la parte anímica de la física. Está mal psicológicamente. Diego es una persona que por momentos está excelente y otras no tanto, Traerlo acá lo ayuda. Con Diego nada es fácil. Es un paciente con muchas presiones en su vida. Hay que ayudarlo».
A continuación, hizo un desglose de cómo venía transcurriendo su vida y de los inconvenientes que estaba padeciendo en el último tiempo: «Diego estaba comiendo pero no como lo hacía antes. La idea es dejarlo internado hasta optimizarlo. Con Diego nunca se sabe, pero ahora está bien. No es un cuadro grave ni vinimos de urgencia. No habrá traslado, se queda en La Plata. Es una decisión en conjunto. Le dije ´vamos a la clínica para mejorar algunos aspectos´ y accedió. Lo veo desganado, enojado, a veces no me quiere recibir», profundizó.
Por último, habló sobre la última imagen pública de Pelusa, que fue en la cancha de Gimnasia justo el día que cumplía 60 años: «Diego el jueves estaba entrenando. Cuando me enteré que no se quedó al homenaje del viernes no fue bueno, lo fui a ver el sábado y él no tenía ánimos. El cumpleaños, y no poder celebrarlo, habrá sido un factor importante».