Los mandatarios provinciales le pedirán cambios urgentes a Nación. El vínculo con Milei se quebró meses atrás en medio de acusaciones cruzadas por falta de envío de fondos a los distritos.
De un problema político se sale con mejor política. Y también con gestión económica.
Eso es lo que advirtió el gobierno de Javier Milei, profundamente impactado por la magnitud de la derrota del domingo.
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Por eso, Milei le encargó a Guillermo Francos que convocara a un diálogo con todos los gobernadores.
El Gobierno enfrenta una necesidad urgente: recuperar la relación con el Congreso. Desde hace dos meses, ambas cámaras legislativas le vienen asestando al oficialismo una seguidilla de derrotas, como las vinculadas con el Presupuesto Universitario, la Emergencia Pediátrica, la Ley de Discapacidad y otros proyectos. Milei no puede siquiera sostener sus vetos.
Antes de la derrota electoral, el Presidente había dicho que el Congreso “está secuestrado por el kirchnerismo”. Mientras él decía tener los votos del pueblo, el kirchnerismo tenía los votos en las cámaras. Versión Milei.
Si eso era cierto antes del domingo, ahora hubo un cambio: una parte de ese Congreso, el kirchnerismo, conquistó los votos populares.
Milei intuye que, de ahora en más, el Gobierno sufrirá nuevas derrotas.
La única alternativa que tiene para revertir esa situación, aunque sea parcialmente, es retomar la relación con los gobernadores.
Pero los mandatarios provinciales desconfían. Son ellos los que hace meses habían planteado al Poder Ejecutivo la necesidad de mantener una relación fluida que incluyera un canje: ellos seguirían aportando votos en el Congreso para respaldar los proyectos oficiales a cambio de recibir fondos que les corresponden a las provincias.
Fue Milei quien siempre despreció esa relación, a tal punto que los gobernadores que habitualmente acompañaban al Presidente en el Congreso -Osvaldo Jaldo, Gustavo Valdés y Martín Llaryora, entre otros- tomaron distancia.
El Gobierno hace promesas que después no cumple. Y, además, los desprecia, acusándolos de ser parte de la casta y del partido del Estado.
Fue esa ruptura en la relación la que derivó en que todos los mandatarios-los 23 gobernadores y el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri- coincidieran en impulsar dos proyectos en el Congreso para recuperar fondos “que les corresponden”.
Los mandatarios no quieren destruir al Gobierno. Incluso los más vinculados con el peronismo aseguran que quieren apoyar a Milei para que termine el mandato con tranquilidad.
Pero prima la desconfianza. Por eso, luego de la derrota electoral de La Libertad Avanza, los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe); Llaryora (Córdoba), Ignacio “Nacho” Torres (Chubut), y Valdés (Corrientes), que son algunos de los mandatarios que confluyeron en el nuevo espacio Provincias Unidas, dicen estar predispuestos a retomar el diálogo.
Aunque también piden cambios: que Milei impulse un modelo que incentive la producción y la creación de empleo. Provincias Unidas se ve como una alternativa de poder para 2027. El precio del diálogo será más alto.