Luego de una semana de grabación intensa para MasterChef, la empresaria aprovechó el tiempo libre y partió rumbo a la provincia ubicada en el noreste del país y gozó del tiempo con sus dos hijas
Wanda Nara, luego de una semana grabando para MasterChef Celebrity (Telefe), volvió a armar las valijas y, en esta ocasión, partió rumbo a la provincia de Misiones junto a sus dos hijas, fruto de su relación con Mauro Icardi, y dejando a sus tres hijos varones al cuidado de Maxi López, su papá.
Las postales compartidas en sus redes dieron cuenta de una travesía que alternó entre la selva, gastronomía y naturaleza, sumergiéndose juntas en escenarios en los que el verde fue protagonista y la conexión familiar se fortaleció lejos del ruido.
El relato visual del viaje comenzó con Wanda posando en una plataforma de madera sobre la ribera, mirando de perfil al horizonte selvático. Lució pantalón ancho blanco, remera marrón y gafas de sol, apoyando una mano en la baranda mientras con la otra sostenía una mochila estampada. El fondo ofreció un cruce perfecto de selva, agua y cielo, encapsulando la pausa contemplativa al aire libre. La experiencia incluyó un alto gastronómico: alrededor de una mesa de madera, los tres platos gourmet —etiquetados digitalmente como “Fran”, “Mama” e “Isi”— exhibieron combinaciones locales de vegetales y tapas, realzadas por una luz cálida que acentuó los colores y texturas de cada preparación. Wanda eligió un pantalón holgado, una remera al cuerpo y una cartera de DiorWanda junto a su hija mayor disfrutando de una catarata
En otra parada del recorrido, en medio de la selva, donde Wanda y una de sus hijas aparecieron en el terreno rojizo y pedregoso característico de Misiones, agachadas mientras observaban el suelo húmedo, rodeadas de vegetación frondosa. Ambas eligieron ropa clara y gorras beige para mitigar el sol intenso; la luz dibujó sombras marcadas y resaltó el cauce de un arroyo que se adivinó en el fondo de la escena. Más adelante, se las vio avanzar por un sendero rodeado de plantas silvestres de gran altura. Madre e hija caminaron una detrás de otra, con los brazos en alto, envueltas por el verde que subía por la ladera bajo un cielo despejado.
El tramo más esperado llevó a Wanda y a sus hijas directamente a las cascadas que hacen legendaria la provincia. Se refrescaron abrazadas al pie de la caída, con Wanda en bikini blanco y gafas oscuras sosteniendo a su hija con ternura. En otras postales, jugaron en el agua —una de las niñas levantando la pierna mientras Wanda se inclinaba hacia atrás— y avanzaron juntas entre las piedras, cruzando la laguna formada por la cortina blanca y densa del salto, con expresiones de alegría y relax.
La tradición argentina de compartir un mate no quedó de lado. Una de las hijas de Wanda, vestida con camiseta blanca y jean, fue retratada caminando hacia la orilla del río, donde en primer plano descansaban un termo y un mate sobre las piedras cercanas a la ribera. El entorno natural, con vegetación alta y tonos verdes vibrantes, ofreció el telón ideal para disfrutar la infusión mientras la cascada rugía de fondo.Wanda llevó a su gran aliado: el mate (Foto: Instagram)
El recorrido culminó con imágenes donde Wanda y su hija, tomadas de la mano y de perfil, se adentraron juntas en la laguna de aguas claras frente a la cortina de la cascada; Wanda lució ropa veraniega y su hija un traje de baño a lunares, ambas iluminadas por el sol del mediodía y rodeadas de la vegetación autóctona.
Durante toda la travesía, Wanda alternó instantes de contemplación —sentada en una roca, mirando de espaldas la caída del agua— y gestos de juego y atención a las niñas, mostrando un costado maternal pleno y natural. Así, la empresaria y conductora dejó plasmado un álbum de recuerdos distintos, donde se priorizó la naturaleza, la simpleza de lo cotidiano y el disfrute compartido. Misiones quedó así retratada como un escenario para la aventura familiar, el encuentro con lo esencial y la creación de historias lejos del ruido y la exposición habitual.