Representante de la Universidad de Auburn, la joven Cerio comenzó su primer turno desde una esquina, dio un par de pasos en velocidad y se impulsó con sus manos en el suelo para realizar una serie de vueltas en el aire. Pero calculó muy mal la distancia con la colchoneta, puso todo el peso de la caída en sus rodillas y no pudo caer con sus pies tras su última acrobacia aérea. Instantáneamente, al ver sus piernas, rompió en llanto y pidió ayuda a los gritos.

Varios segundos después, recibió atención médica y fue retirada en un camilla, mientras recibía la ovación de un público conmocionado por la situación. La gimnasta pasó el fin de semana en el hospital, donde comenzará su recuperación, pero a través de las redes sociales anunció que dejará de competir.
«La noche del viernes fue mi última noche como gimnasta. Después de 18 años colgué mis manos y dejé la tiza. No podría estar más orgullosa de la persona en que la gimnasia me ha convertido. Me inculcó el trabajo duro, la humildad, la integridad y la dedicación, solo por nombrar algunas pocas cosas. Me ha dado desafíos y obstáculos que nunca hubiera imaginado que hayan existido. Puede que no haya terminado de la manera en que lo planeé, pero nunca nada va según lo planeado», escribió en su cuenta de Instagram.