El 2-0 contra Panamá era historia pero la noche estaba en pañales, como se dice. La fiesta continuaba luego de que la número 5 hubiese rodado sobre el césped del Monumental porque los campeones del mundo ya tenían las réplicas de las copas en sus manos, formados en medio de la cancha, todos con la celeste y blanca puesta con las tres estrellas bordadas.
La gente no se movía. Qué se van a mover las 83.000 personas que llenaron el estadio de Núñez, si todavía quedaba mucho de festejo, y especialmente había que escuchar a los héroes de Qatar 2022, los inolvidables integrantes de la Scaloneta, con el hacedor de la criatura allí, emocionado DT porque su familia estaba en la cancha.
Cuando llegó la hora de las palabras, a quién iban a buscar, sino al líder, a Lionel Messi, que le había pegado tantos zurdazos a la pelota minutos antes hasta que de su galera salió el gol de tiro libre, el 2-0, el 800° de su cuenta, 99° en la Selección, 13° en River con este camiseta. Los números, en su caso, son interminables, claro.
Estuvo bien Messi. Lógicamente habló de la gente, de la felicidad que sentían él y hermanos de selección por el título y este presente. Y, pese a que la tenía servida para seguir con este capítulo, habló de los anteriores, de los que no pudieron festejar como los jugadores de este equipo. Sin nombrarlos, los Higuain, Kun Agüero, Mascherano; Chiquito Romero y Demichelis, vigentes en el torneo argentino.
La Pulga afirmó, con mucha autoridad, para el público y los que veían por TV: «Yo sé que hoy es un dia nuestro, que es el dia en el que estamos festejando los campeones. Pero no quiero olvidarme de todos esos compañeros que tuve anteriormente, que también hicimos todo lo posible por intentar conseguir esta (otra vez toca la copa). Lamentablemente no se nos dio, estuvimos muy cerquita en las dos, tanto la Copa América y el Mundial (de Brasil), pero ellos se merecen el respeto de todo el pueblo argentino porque dejaron todo por la camiseta».
Messi había arrancado diciendo algunas palabras que ya había ensayado en su momento, con la copa flamante. «Primero que todo les queremos agradecer por el cariño que venimos recibiendo. Lo venimos diciendo durante muchísimo tiempo, que íbamos a hacer todo lo posible por esto (mientras miraba y acariciaba la copa)«. Y luego del regreso tumultuoso y caótico en el que no pudo ofrendarle el trofeo a la gente que en millones salió a la calle cuando el plantel volvió de Medio Oriente, esta vez, sí pudo hacerlo. «En lo personal, siempre soñé con este momento, poder festejar con ustedes (por la gente), poder venir a mi país, Argentina, a levantar una Copa América, la Finalísima como hicimos, y la más grande, la copa del mundo».
En lo personal, siempre soñé con este momento, poder festejar con ustedes.
Para la despedida, el jugador del PSG deseó «sigamos haciendo lo que estamos haciendo, disfrutemos. Estuvimos mucho tiempo para volver a ganarla. Y no sabemos cuánto va a pasar para conseguirla otra vez. Ojalá no pasa tanto tiempo, pero quedó demostrado que es muy difícil conseguir la copa del mundo. Depende de muchísimas cosas no solo un grupo un gran equipo, a veces por detalles no se puede conseguir. Disfrutemos de la tercera estrella. Muchas gracias a todos».
Disfrutemos de la tercera estrella.
