Las pesquisas revelan que a Germán Kiczka le llevó descargó y compartió 603 imágenes de abusos de menores, en el lapso de 39 días.
Las pruebas contra el exdiputado de Activar, Germán Kiczka y su hermano Sebastián Kiczka, son contundentes. Ya está confirmado el juicio contra ambos imputados y a la hora del debate revelarán cada material incriminatorio.
Las pesquisas revelan las aberraciones encontradas en las notebooks de Germán Kiczka. Según la investigación, entre las 6.11 del 2 de diciembre de 2023 y las 8.36 del 10 de enero de 2024, descargó y facilitó 603 archivos de videos y fotos de explotación sexual infantil.
El exlegislador distribuyó, incluso, imágenes de prácticas zoofílicas que involucran a menores. Las víctimas tenían, presuntamente, menos de 13 años.
Los Kiczka aguardan el juicio en la cárcel
Cabe recordar que los hermanos Germán y Sebastián Kiczka están detenidos, desde agosto del año pasado, y enfrentan cargos por tenencia y distribución de material de abuso sexual infantil.
De esa manera, la causa fue elevada a juicio con los cargos que había solicitado la fiscalía de Apóstoles, representada por la letrada Silvia Barronis.
Por la contundencia de las pruebas con las que cuenta la justicia, podría aplicarse la pena más severa, de 25 años de prisión para estos delitos.
Escándalo de los Kiczka por pedofilia
Desde mediados del 2024, la sociedad misionera se encuentra conmocionada ante el escándalo protagonizado por el exdiputado de Activar. Como resultado de las investigaciones por posesión y distribución de MASI, se realizaron una serie de allanamientos en los domicilios de los implicados.
Luego de estar varios días prófugo de la justicia y con alerta roja de la Interpol, Germán Kiczka fue detenido mientras se escondía en Loreto, Corrientes, a fines de agosto. Al poco tiempo, la Policía de Misiones apresó a su hermano Sebastián, en San Juan de la Sierra, a 30 kilómetros de Apóstoles.
En cuanto al material hallado en los distintos allanamientos realizados contra ambos, a Germán se le encontraron, en distintos dispositivos electrónicos, “913 archivos multimedia con contenido de explotación sexual infantil”. En los mismos, se observa “a niños y niñas de muy corta edad. Algunos de los cuales a simple vista se advierte que son menores de 13 años de edad, siendo abusados sexualmente mediante diferentes prácticas. Como penetración (anal y vaginal), felaciones, entre otras, como así también en situaciones de desnudez, exhibiéndose sus genitales”.
Uno de los elementos más relevantes en la causa son las confesiones de Sebastián Kiczka. Registradas en chats, donde admitió haber descargado aplicaciones para ver contenido relacionado con menores. Estas evidencias fueron reforzadas con peritajes realizados a sus dispositivos electrónicos. Allí, se encontraron imágenes y videos que constituyen pruebas irrefutables de los delitos imputados.
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