Los jubilados con haber mínimo percibirán en diciembre $581.319,38, una cifra que queda muy lejos de la canasta estimada. La Defensoría del Adulto Mayor advierte un deterioro sostenido del ingreso.
Más de cinco millones de jubilados con haber mínimo recibirán en diciembre $581.319,38, una cifra que reúne el ingreso mensual, el bono de $70.000 y la segunda cuota del aguinaldo. Ese total implica un aumento del 28,6% respecto del monto de diciembre de 2024.
El incremento queda por debajo del 31,3% interanual informado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), según los datos relevados hasta octubre. En este contexto, el defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, explicó a PERFIL que “una es la situación de los cinco millones que cobran la mínima o están cerca de la mínima”.
Remarcó que esos jubilados se alejan cada vez más de la canasta básica, que la Defensoría estimó en $1.514.074 para octubre. “Los que cobran el bono pierden más poder adquisitivo que los otros dos millones restantes”, indicó.
La cifra que cobrarán en diciembre solo cubre un tercio de esa canasta y refleja una caída significativa frente al año pasado. Ante esta situación, el ingreso más bajo pasó de cubrir el 49,5% de una canasta en diciembre anterior al 38,3% en 2025.
Muchos jubilados buscan trabajo informal para sostener sus gastos cotidianos, además de recurrir a actividades ocasionales. Semino señaló que “los que pueden trabajan de todo lo que sea”, aunque aclaró que gran parte de los mayores no puede hacerlo por problemas de salud o edad avanzada.
La jubilación mínima cubrirá apenas un tercio de la canasta del adulto mayor
La obtención de créditos también se complica, ya que desapareció la línea de Anses y las ofertas bancarias no resultan accesibles. “Ya no hay opciones de financiación, y lo que se ofrece hoy en créditos para jubilados es una gran mentira de los bancos”, sostuvo Semino, quien afirmó que los préstamos informales pueden alcanzar intereses del 700% anual.

Los gastos de alimentos y medicamentos superan con amplitud los ingresos. Un jubilado necesita $348.000 para comida y $402.888 para medicamentos, lo que obliga a restringir dietas y controles médicos. “Tenemos una catarata de gente, pacientes oncológicos, por ejemplo, que no se controlan”, afirmó Semino, y señaló que muchos temen no poder costear cambios de tratamiento.
El deterioro también se nota en hábitos cotidianos que forman parte de la vida social. Algunos aún conservan rutinas como tomar un café, aunque ahora buscan lugares con promociones. Al respecto, Semino destacó que los jubilados “van perdiendo sus lugares de pertenencia” y con ellos parte de su historia.








