Solamente 5 empresas en todo el país pueden llevar adelante la impresión con el proyecto de Bolea Única de Papel y esto cambiará el calendario electoral.
Semanas atrás, el Senado aprobó el proyecto de Boleta Única de Papel y se implementaría desde 2025. En ese sentido, la iniciativa obligará a cambiar el calendario electoral en 2025.
Según el artículo 64 del proyecto, “la impresión de las boletas únicas de papel, de los afiches con la publicación de las listas completas de candidatas y candidatos propuestos por las agrupaciones políticas que integran la Boleta Única y las actas de escrutinio y cómputo estarán a cargo del Poder Ejecutivo”.
El problema que surge es que solamente cinco empresas en todo el país están en condiciones de llevar adelante la impresión de estas papeletas y, por este motivo, las autoridades deberán cambiar todo el calendario electoral.
Cómo será el calendario electoral si se aprueba el proyecto de la Boleta Única de Papel
- Las campañas se ampliarán de 50 a 60 días.
- La presentación de listas deberán hacerse 70 días antes de las PASO, en vez de los 50 actuales.
- Las alianzas tendrán que informarse 80 días antes de los comicios, en vez de 60.
- En el 2025 las PASO se organizarán para el 3 de agosto, en lugar del 10.
- Los comicios de octubre no cambiarán, serían el 22 de ese mes, y las campañas de los partidos para ese acontecimiento se iniciará 60 días antes de esa fecha y finalizará 48 horas antes de la votación, como es habitual.
En qué consiste el proyecto de Boleta Única de Papel
Este proyecto logró media sanción en Diputados en 2022. El mismo introduce un sistema de votación basado en una sola hoja que incluye todas las opciones electorales disponibles en un distrito, y que permite a los votantes marcar sus preferencias para diferentes cargos, tales como diputados, senadores, gobernador, legisladores, intendente y concejales, dependiendo del tipo de elección (nacional o provincial).
Desde la Casa Rosada se busca aprobar la Boleta Única de Papel. De hecho, los libertarios mantienen su confianza en el éxito de la medida, mientras que el radicalismo muestra diferencias más de índole política que técnica respecto al dictamen.