Aunque la convocatoria es a las 14 en Plaza de Mayo, ese sitio emblemático volverá a convertirse en escenario de una movilización política de alto voltaje. El peronismo, en todas sus vertientes, se congregará para respaldar públicamente a Cristina Fernández de Kirchner, luego de que el Tribunal Oral Federal N°2 notificara el inicio del cumplimiento de su condena a prisión domiciliaria por la causa Vialidad.
La convocatoria tiene como objetivos centrales sostener la figura política de la ex presidenta y denunciar una presunta proscripción judicial en su contra.
La marcha será masiva y reunirá a sectores que llevaban tiempo alejados del núcleo kirchnerista. Incluso la CGT, que en los últimos años mantuvo cierta distancia con el oficialismo, confirmó su participación y habilitó a los sindicatos que la integran a sumarse con libertad de acción.
Lo mismo harán organizaciones políticas como La Cámpora, Kolina, Nuevo Encuentro, el Movimiento Evita, Barrios de Pie, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), agrupaciones de izquierda, organizaciones de derechos humanos e intendentes del conurbano bonaerense.
Desde el Frente Renovador, se espera la confirmación de Sergio Massa durante la mañana del miércoles. Mientras tanto, su entorno ya trabaja en la logística: el legislador Rubén “Turco” Eslaiman, el intendente Juan Andreotti y Malena Galmarini organizan la columna propia que representará al espacio.
La decisión de trasladar la manifestación —inicialmente prevista en Comodoro Py— a Plaza de Mayo fue tomada por el Consejo Nacional del Partido Justicialista tras una serie de reuniones con gobernadores y legisladores de Unión por la Patria. La sede partidaria de la calle Matheu se convirtió en las últimas horas en el centro operativo de la estrategia de movilización.
Desde hace cinco días, el kirchnerismo activó un operativo de emergencia para organizar el acto. La coordinación estuvo a cargo de referentes como Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro, Mayra Mendoza, José Mayans y Teresa García. Todos coincidieron en la necesidad de expresar públicamente el respaldo a la ex vicepresidenta, sostener que su condena carece de fundamentos jurídicos y denunciar que el proceso judicial busca dejarla fuera de la escena electoral.
“Todos a Plaza de Mayo. Cristina no va a poder salir a saludar al balcón. Se ve que les molesta su sonrisa”, expresó la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, luego de visitar a la ex presidenta en su domicilio, donde fue notificada de las condiciones de su prisión domiciliaria por el comisario Mario Ricci.
La jornada servirá también como un punto de inflexión para relanzar el liderazgo de Cristina Kirchner, en un momento marcado por las tensiones internas del peronismo y el debate sobre su rol futuro. El kirchnerismo intenta construir una nueva épica alrededor de la ex mandataria, que en esta etapa estará limitada por su reclusión domiciliaria. Aun así, nadie dentro del espacio duda de su influencia en la toma de decisiones.
Gobernadores como Axel Kicillof y Ricardo Quintela, quienes en el último año mostraron autonomía frente a la conducción de CFK, esta vez acompañan decididamente la movilización. Pero en el fondo del escenario político hay una doble dinámica: por un lado, la unidad frente a la causa judicial de Cristina; por el otro, las disputas sin resolver sobre el armado electoral de cara al cierre de listas, especialmente en la provincia de Buenos Aires.
La marcha será un gesto contundente de respaldo, pero el viernes comenzará otra etapa. Restará apenas un mes para definir las candidaturas y el calendario interno del peronismo seguirá su curso. Las tensiones reaparecerán y se pondrá a prueba la capacidad de Cristina para ordenar a un espacio que, aunque movilizado, sigue atravesado por disputas de poder y liderazgos fragmentados.
Desde su lugar de detención, CFK sigue siendo una figura central en el armado de Unión por la Patria. La reorganización del peronismo no puede pensarse sin su influencia, y el futuro del espacio dependerá de cómo logre compatibilizar la construcción de una nueva etapa con las heridas aún abiertas por su condena.