La noche del 5 de noviembre traerá la superluna más cercana y brillante del año. El fenómeno coincidirá con la lluvia de meteoros Táuridas, visible tras la medianoche.
Con la caída del Sol, el cielo nocturno ofrecerá un espectáculo doble: la superluna más grande y luminosa del 2025 coincidirá con la lluvia de meteoros Táuridas del Sur, prometiendo una velada ideal para los observadores del firmamento y amantes de la astronomía.
Esta “Luna Llena del Castor” alcanzará su punto de máximo brillo alrededor de las 21:20 (hora argentina), cuando se encuentre en su posición más cercana a la Tierra. Será la superluna más destacada del año, un fenómeno que ocurre cuando el satélite natural alcanza el perigeo —su punto orbital más próximo— coincidiendo con la fase llena.
La tradición norteamericana le otorgó su nombre por la época en que los castores reforzaban sus diques antes del invierno. Según el Farmer’s Almanac, distintas culturas la conocieron también como “luna de hielo” o “luna de celo del ciervo”, reflejando la relación entre los ciclos naturales y las actividades humanas.
Aunque la diferencia visual con una luna llena común puede ser sutil, la superluna puede verse hasta un 7% más grande y un 16% más brillante, especialmente bajo un cielo despejado y lejos de la contaminación lumínica. Además, su cercanía influye ligeramente sobre las mareas, generando un aumento imperceptible pero medible.
La superluna de noviembre no llega sola

La lluvia de meteoros Táuridas del Sur acompañará el espectáculo celeste. Este enjambre, originado por los restos del cometa 2P/Encke, se caracteriza por meteoros lentos y ocasionalmente brillantes, capaces de destacarse incluso bajo la intensa luz lunar. El mejor momento para observarlos será después de la medianoche, cuando la rotación terrestre orienta a los observadores hacia el flujo de partículas.
Más adelante en el mes, entre el 16 y 17 de noviembre, llegarán las célebres Leónidas, otra lluvia de meteoros que históricamente ha producido tormentas espectaculares. Aunque no se espera una actividad tan intensa este año, los meteoros más luminosos podrán distinguirse sin necesidad de telescopios.
Para aprovechar al máximo el evento, los astrónomos recomiendan buscar lugares oscuros, alejados de las luces urbanas. Desde allí, la superluna del Castor y las Táuridas ofrecerán una experiencia única: un recordatorio de que, pese al brillo de las ciudades, el cielo todavía guarda instantes capaces de sorprender.








