La Secretaria de Finanzas emitió 5 billones de pesos en títulos públicos para extender seis meses los vencimientos de deuda con el Banco Central que vencían este viernes. «Un roll over de facto», definió una fuente del mercado.
El equipo económico decidió soltarse las trenzas y rompió con dos dogmas libertarios: avanzó con emisión pura y dura y llenó de papelitos al Banco Central. La onda expansiva por el canje de 5 billones entre el Tesoro y el Banco Central pegó fuerte en los mercados que este lunes pintaron todo de rojo.
El giro fue tan violento que cayó pésimo en Wall Street, donde ya venía generando ruido la fuerte intervención con los contratos de dólar a futuro (non deliverable fowards). Una inquietud que se observa con claridad en el riesgo país que se ubica por encima de los 800 puntos básicos.
La operación que encendió las alarmas es la siguiente: el Gobierno tomó los títulos que tenía el BCRA y los cambió por nuevos papeles con extensión de plazos. Es decir, de manera unilateral decidió incumplir con el vencimiento de este viernes, reemplazando esas obligaciones por nuevos títulos con vencimientos a seis meses. Esto genera una mayor carga de intereses y esto implica mayor emisión.
«Un roll over de facto», afirmó a LPO el manager de un fondo de inversiones de Wall Street que suele operar en la Argentina.
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La jugada marca la desesperación de Economía por la cada vez más grande montaña de vencimientos de pesos que enfrenta. Este martes vencían 14 billones, entre ellos estos 5 billones que tenía el Central. Ahora, deberá enfrentar el roll over de los 9 billones que quedan en manos privadas.
Es un roll over de facto. Emitir nuevo papel para pagar viejo papel. Una rueda que no para.
Varios economistas pusieron el dedo en la llaga: «Emitir nuevo papel para pagar viejo papel. Una rueda que no para», ironizó uno. Otro fue más gráfico: «Es ponerle curita a una arteria explotada».
La jugada no cayó bien en el mercado. Bonos y acciones cayeron fuerte y la mayoría de las cotizaciones del dólar se dispararon.