En el marco del Día del Glaucoma, el nosocomio ofrecerá controles sin costo para su detección temprana de la enfermedad.
Todos los 12 de marzo se conmemora el Día Mundial del Glaucoma. La fecha busca concientizar sobre la importancia de los controles oftalmológicos y del diagnóstico precoz de esta enfermedad. En este marco, el Hospital Madariaga ofrece chequeos sin costo.
El viernes 14 de marzo, de 8 a 17, se realizarán controles en el consultorio 21 del servicio de oftalmología, en la planta baja del sector verde. No se requiere turno previo y la atención será por orden de llegada para personas desde los 15 años.

Glaucoma
El glaucoma es una enfermedad silenciosa, debido a que en algunos casos no suele presentar síntomas
La campaña está dirigida a todas las personas mayores de 15 años, con un enfoque particular en aquellos que presentan factores de riesgo, como antecedentes familiares de glaucoma, diabetes, hipertensión, personas mayores de 60 años y aquellos que consumen tratamientos crónicos con corticoides.
El examen incluye la medición de la presión ocular y la revisión del nervio óptico, métodos fundamentales para detectar la enfermedad en su fase inicial. En caso de sospecha de glaucoma, se asignará un turno para estudios más específicos.
¿De qué trata la enfermedad?
El glaucoma es una enfermedad silenciosa, debido a que en algunos casos no suele presentar síntomas hasta que se encuentra en un estado avanzado.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa más común de ceguera en el planeta luego de las cataratas. Es una enfermedad que afecta al nervio óptico de forma progresiva. Aparece cuando la presión dentro del ojo se eleva por encima de lo normal (es decir mayor a 21 mm Hg). Lo más común es que esto se deba a la obstrucción del drenaje del humor acuoso: el líquido que se encuentra dentro del ojo y confiere su tonicidad.
Tipos de glaucoma
Podemos ubicar cuatro tipos de glaucoma, los cuales se diferencian en función del daño producido en el nervio óptico:
Ángulo abierto: suele ser el más habitual, por lo general tiende a ser hereditario. La presión intraocular aumenta lentamente. Inicialmente no causa síntomas, con el avance de la enfermedad aparece la pérdida de visión periférica conduciendo a la ceguera si no es tratado.
Ángulo cerrado: se produce de forma súbita al aumentar rápidamente la presión intraocular. Causa dolor intenso, visión borrosa, enrojecimiento y sensación de inflamación. Hay que tener en cuenta que cuando se produce en un ojo es probable que más tarde ocurra en el otro.
Congénito: suele producirse en el séptimo mes de vida intrauterina y manifestarse entre los primeros días a meses de vida. Se pueden observar síntomas como: opacidad en la parte anterior del ojo, agrandamiento de uno o los dos ojos, lagrimeo y sensibilidad a la luz.
Secundario: se da como consecuencia de otras patologías oculares previas, como traumas oculares, administración de glucocorticoides, inflamaciones oculares o tumores intraoculares.