De ser remisero pasó a criar pollitos en un paraíso verde que alguna vez fue suyo
Detrás de cada producto que encontramos en la góndola del supermercado hay historias llenas de sacrificio, pasión y arraigo, como las que narra el documental «Manos con Historia, edición NEA».
Protagonizado por los médicos veterinarios Gastón Britos y Francisco Becerra, con el apoyo de Laboratorio PROAGRO y Agrofy News, este proyecto audiovisual invita a conocer el esfuerzo de los pequeños productores rurales en las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Chaco. Cada región, con su particularidad climática y cultural, presenta desafíos únicos que estos trabajadores enfrentan con creatividad y determinación.
Manos con Historia: productor avícola
Entre tantas historias, se encuentra la de Claudio Cunci, un productor avícola de El Dorado, Misiones. Hijo y nieto de colonos, Cunci representa una tradición familiar de tres generaciones que apostaron al trabajo en la tierra colorada de la provincia. Su especialidad, la reproducción avícola, algo poco común en la región y que enfrenta retos significativos.

El proyecto de Cunci comenzó como una iniciativa del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) para conformar una cooperativa de productores. Sin embargo, con el tiempo, él fue el único que logró mantener su producción activa, enfocándose exclusivamente en la cría de pollitos.
Este camino no ha sido sencillo. Entre las dificultades destaca el elevado costo del alimento balanceado, que se encarece debido a que se importa de otras provincias. «Terminar un pollo sale más caro que comprar uno entero en el supermercado», señala Claudio, aunque agrega que su mayor ventaja es ofrecer un producto de mejor calidad.
A pesar de las adversidades, Claudio ha sabido adaptarse y continuar el legado de su abuelo. «Más que una porción de tierra, este es un pedazo de nuestro mundo, y en él están los sueños de todas las generaciones pasadas», reflexiona. Criado junto a su abuelo desde los 7 hasta los 20 años en la misma casa que habita hoy, Claudio dejó la chacra para mudarse a Buenos Aires, donde vivió durante dos décadas. Sin embargo, el bullicio de la ciudad nunca logró apagar su deseo de regresar al campo. Estaba trabajando de remisero, y cuando tuvo la oportunidad, no lo dudó y volvió. «Es otra vida, vivir en la chacra, en la tranquilidad, en la paz», dice con una sonrisa. Comparando su experiencia urbana, lo describe como un «loquero», mientras que su vida actual es «el paraíso».
Hoy, Claudio vive rodeado de selva, agua y fauna, en un entorno donde la tierra roja nutre las plantas y el aire se siente más puro que nunca. Lejos del ruido de la ciudad, ha encontrado un espacio donde soñar y trabajar en armonía con la naturaleza. Su historia no solo refleja el espíritu de lucha y adaptación de los productores rurales, sino también el amor por el legado familiar y la conexión con la tierra.
«Manos con Historia NEA» nos recuerda que, detrás de cada producto que consumimos, hay una red de personas que trabajan incansablemente, enfrentando obstáculos y apostando por un futuro más próspero.
Historias como la de Claudio Cunci son un testimonio de la resistencia y el compromiso que sustentan el corazón productivo de nuestro país.