En Misiones ya se respira clima electoral. A medida que se acercan las elecciones legislativas del 8 de junio, las encuestas comienzan a delinear un escenario que confirma una vez más una tendencia consolidada: la marcada preferencia de los misioneros por el Frente Renovador de la Concordia. Por el lado de la oposición, las peleas internas por espacios de poder y la falta de consensos provocaron una fragmentación inusitada que genera desorientación en el electorado.
El sociólogo argentino Lucas Rubinichsostiene en su libro “Contra el homo resignatus” que las tensiones entre los grupos y la representación ciudadana no son nuevas. Se podría sostener que el modelo ideal de la doctrina democrática basado en la hipótesis del individuo soberano que pacta con otros individuos soberanos sin asociaciones intermedias entre ellos y sus representantes es solamente un modelo ideal. En la práctica concreta, las democracias realmente existentes, como dice Norberto Bobbio, son un modelo totalmente opuesto, ya que distintos tipos de asociaciones, desde corporaciones económicas, hasta sindicatos y partidos, se convierten en sujetos cada vez más políticamente relevantes, mientras que los individuos lo son menos.
El modelo ideal de sociedad democrática, dice Bobbio en su obra “La Teoría de las Formas de Gobierno en la historia del pensamiento político”, es una sociedad centrípeta. Las sociedades democráticas realmente existentes aparecen como centrífugas, no hay un solo centro de poder, como podía ser la voluntad general de Rousseau, sino muchos, y en ese sentido es que la sociedad real en los gobiernos democráticos es pluralista. Las complejas luchas de intereses económicos y culturales en juego en cada sociedad han incluido la participación de diversos grupos, desde una élite política con voluntad de reproducirse hasta una corporación económica con interés por encontrar las formas más favorables para desarrollar sus actividades. Los grupos económicos y culturales que pueden ser identificados como grupos de poder tienen bajo distintas identidades permanencia en el tiempo.
A decir de Charles Tilly, la democracia consiste en una relativa ampliación e igualdad de la ciudadanía, proporcionándoles a los ciudadanos consultas obligatorias en lo concerniente a las políticas del Estado. En la medida que el Estado se disuelve, también lo hace la ciudadanía, y, en consecuencia, la democracia. Las grandes desigualdades del poder económico amenazan a la democracia porque otorgan incentivos y medios a minorías poderosas para subvertir la democracia, la mayoría de las veces sin un mostrar una idea clara o proyecto solvente con la capacidad de poder ser llevado a la práctica.
Un vasto sector de la dirigencia política hoy está más preocupado por las disputas internas y en conquistar o mantener espacios de poder que en solucionar los problemas de los ciudadanos de a pie. Está inmersos en una burbuja en donde tienen la convicción de que la agenda de la clase política es la agenda de la sociedad. Enceguecidos por el poder, día a día toman más distancia de la ciudadanía y acrecientan esa brecha que desemboca indefectiblemente en un divorcio entre la política y la ciudadanía. Este fenómeno es de una gravedad enorme porque desemboca en una fractura cívica.
La construcción de una sociedad que trabaje por el bien común requiere de acuerdos y de proyectos a largo plazo. El diálogo es la herramienta fundamental que nos permite avanzar, poniendo los argumentos por encima de los intereses personales.
La comunidad política es auténtica cuando existen vínculos reales y solidarios que, en medio de las diferencias, van más lejos de una superficial tolerancia o de respeto por las normas, sino que se realiza en la construcción colectiva de un nosotros que solo se hace posible desde el respecto por la dignidad de todo ser humano y la confianza de las instituciones.
Dicho esto, la visión social es la más importante que debe tener un gobierno. Cuidar la paz social y trabajar incansablemente por cubrir las necesidades de la sociedad es la premisa central de la política.
- * *
El termómetro de la calle
En cada antesala de una elección, las encuestas cobran un valor fundamental porque dan cuenta de los escenarios y permiten hacer proyecciones. Los sondeos más recientes reflejan un dato contundente: la sociedad misionera sigue manteniendo su preferencia por el Frente Renovador de la Concordia. Tras un poco más de dos décadas del inicio de un proceso de transformación sin igual en la provincia, el espacio conducido por Carlos Rovira no solo sostiene una base electoral histórica, sino que logra captar parte del voto independiente gracias a un modelo de gestión eficaz e inteligente, con una fuerte impronta anclada en la innovación y la modernización. Sumado a ello, otro factor no menos importante es la estabilidad política que ostenta Misiones, un elemento de vital importancia para la consolidación de un modelo.
En números, se observa una cómoda ventaja a favor de la Renovación Neo con más del 65% de intención de voto. Uno de los factores que repercute enormemente en los encuestados es la gran fragmentación que existe en las fuerzas opositoras. Estamos ante un escenario con la mayor dispersión política de la historia. Resulta llamativo que, en medio de un clima de época en donde se observa una profunda apatía de la sociedad hacia parte de la dirigencia política, los sellos de la oposición se multipliquen de manera indiscriminada.
Ahora bien, ¿qué grado de representación tienen estos nuevos partidos políticos? La mayoría de ellos debutarán en estas elecciones, por lo que sería prematura saberlo. Sin embargo, otros ya tienen cierta experiencia electoral y su cosecha ha sido más que magra.
Las encuestas nos muestran a la oposición como un mosaico desordenado donde cuatro espacios compiten en un pelotón donde ninguno supera el techo del 5%. Estos espacios son el Partido Libertario, La Libertad Avanza, el Partido Agrario y Social y la alianza Unidos por el Futuro. A esto se le suma un segundo grupo de cinco fuerzas menores, que captan entre un 1% y 2% de acompañamiento, lo que los deja sin capacidad real de incidencia electoral.
Este nivel de dispersión no es para nada casual, desnuda las falencias de una oposición que, más allá de las etiquetas ideológicas, sólo expone sus interminables internas, sus mezquindades y una carencia de propuestas atractivas para el electorado.
En este contexto, la falta de liderazgos sólidos, la ausencia de un proyecto claro y serio, sumado a la permanente lucha de egos, convierten a la oposición misionera en un espectador más de una elección cuyo resultado luce previsible.
Respuestas concretas a los nuevos tiempos
La política armoniosa y constructiva permite maximizar las energías hacia el impulso y desarrollo de nuevas ideas con el foco puesto en el misionero como prioridad. En tiempos en donde las sociedades se han vuelto más demandantes, el termómetro de la calle demuestra que los misioneros quieren políticos que los miren a la cara, les hablen sin mentiras y trabajen día a día por la defensa de sus intereses. En síntesis, políticos a los que les importen verdaderamente los misioneros.
Partiendo de esa premisa y lejos de quedarse anclado a viejas prácticas ni figuras repetidas, Carlos Rovira creó el ámbito propicio para el nacimiento de nuevos dirigentes, con ideas nuevas y con la fuerza imparable que acompaña a las ganas de seguir transformando la provincia.
Esta nueva dirigencia, comprometida con los desafíos del presente y las oportunidades del futuro, no sólo aporta frescura a la oferta electoral, sino que también aporta una mirada moderna, inclusiva y proactiva, acorde a los nuevos tiempos y las nuevas demandas de la sociedad. La Renovación Neo rompe con la dinámica de los discursos de odio, la negatividad, el desánimo y la confrontación vacía que se observa como un común denominador en gran parte de la oposición.
Con visión integral y estratégica, Rovira supo detectar esos liderazgos emergentes que hoy forman parte de la sólida y atractiva propuesta que presenta ante la sociedad misionera el Frente Renovador de la Concordia. El resultado de esta alquimia es una lista de candidatos que combina experiencia con juventud, gestión con creatividad y que ofrece respuestas concretas a las demandas de la ciudadanía.
Un gesto de unidad
El pasado viernes, el Frente Renovador Neo reunió a toda su dirigencia en la Casa del Militante para hacer la presentación de su Spot Cero, bajo el lema “Misiones nos importa”. El encuentro reflejó la esencia del espacio conducido por Carlos Rovira: se trató de una emotiva jornada en donde el diálogo intergeneracional permitió notar la exitosa amalgama entre la experiencia de los históricos dirigentes y la fuerza de los más jóvenes.
En su alocución, el vicegobernador Lucas Romero Spinelli sintetizó el espíritu del evento al destacar esa fórmula que combina trayectoria con energía renovadora y que mantiene más vigente que nunca al espacio frente a un electorado que demanda resultados, pero también nuevas ideas.
Dirigentes como Oscar Herrera Ahuad, Leonardo “Lalo” Stelatto, Roque Soboczinski, Sebastián Macías y Paula Franco, hicieron un repaso de cómo la Renovación logró transformar a la política en una herramienta de gestión efectiva, alejada de los personalismos y con el objetivo puesto en mejorar la calidad de vida de cada misionero.
Frente a una campaña que se anticipa breve pero intensa, el contraste entre el oficialismo y la oposición es muy grande. El Frente Renovador de la Concordia muestra coherencia y contenido, mientras que en la oposición sólo se escuchan eslóganes vacíos, críticas sin propuestas superadoras y promesas imposibles de cumplir. Es en este contexto en donde la Renovación corre con ventaja por contar con uno de los activos más importantes que puede haber en la política: la credibilidad.
(*) Abogado. Diplomado en Manejo de Crisis y en Análisis de Procesos Electorales. Especializado en Comunicación de Gobierno y Electoral. Becario de la Fundación Konrad Adenauer (Alemania) y del Centro de Análisis y Entrenamiento Político (Colombia).
Canal12misiones