Como sucede siempre, enero es un mes movido para el sector automotor y el de 2019 no es la excepción. El cierre de un 2018 con fuertes contrastes (un comienzo récord y un final preocupante), el sobrestock de 0 km que profundizó el festival de bonificaciones y los cambios en los Impuestos Internos para los 0 km más caro, hacen que este inicio tenga una expectativa recargada. El dato principal está enfocado en lo que sucederá con los precios. Y ya hay novedades tanto en los segmentos de vehículos más accesibles como en la alta gama.
En los primeros días del año, algunas marcas generalistas comenzaron a mandar sus nuevas listas con aumentos que llegan hasta 6%. Es el caso de Toyota que ajustó los valores de casi toda la gama en ese nivel. En cambio, la pick-up Hilux –el modelo más vendido del 2018- tuvo un incremento de sólo 3%. También General Motors ajustó sus listas en promedio en ese porcentaje. Renault, Volkswagen y Ford, por su parte, dispusieron una suba de entre 2% y 3% para sus modelos más vendidos.
Algunas marcas todavía están recuperando el impacto de la devaluación del 2018, otras ya lo hicieron y mostrarán ajustes más moderados. Esto se debe a que el año terminó con una demanda en retroceso constante. Si bien el año cerró con 800.000 unidades, los últimos meses tuvieron un nivel de operaciones que proyectan un mercado de menos de 600.000 vehículos. Es por eso que la política comercial será clave para no perder participación en manos de los competidores.
El otro tema que le pone adrenalina a estos días tiene que ver con los 0 km más caros afectados por los impuestos Internos. El Gobierno dispuso subir la base imponible de$900.000 a $1.400.000 de precio a concesionaria (al público pasó de $1.350.000 a $2.000.000) y obligó a las automotrices a reformular sus precios. Con este ajuste, la barrera para empezar a pagar este gravamen –considerado como “impuesto al lujo”- está ahora en alrededor de u$s51.400 lo que significa que volvió a niveles más lógicos. Hasta diciembre estaba en u$s31.705, el valor más bajo desde que el gobierno kirchnerista modificó las escalas en 2008.
Algunas marcas definieron los nuevos valores el viernes pasado. Como sucede la forma de aplicación de este polémico tributo, la modificación provoca que algunos modelos suban de precio y otros bajen. Hyundai fue la primera marca que anunció los cambios. Lanzó el modelo Kona que estaba a la espera de la nueva base imponible y sumó versiones más equipadas de la Tucson que quedó en el límite de la escala para no pagar el tributo y bajó en u$s3.000 las versiones de menor precio. BMW por su parte bajó los precios de varios de sus modelos en hasta u$s6.000. Otro anuncio importante fue el de Toyota que fijó nuevo precio para su codiciado SW4. Desde hacía meses estaba en $1.300.000, en el límite de la banda anterior, para no caer en el tributo. Esto se debe a que el impuesto es de 20% pero por la forma de cálculo hace que el precio suba 25% lo que provoca que por saltar ese límite el 0 km se encarece fuerte y queda fuera del mercado. En la práctica ya no se comercializaba debido a que se sabía que en enero su valor iba a subir. Ahora cuesta $1.635.000 la versión de entrada de gama y $2.016.000 la más equipada. Entre hoy y mañana, el resto de las marcas darán a conocer sus nuevas listas para enfrentar un enero caliente.