El Indec comunicó el último dato de canasta de pobreza de 2018, una cifra que se vio impactada a lo largo de todo el año por el salto inflacionario y por los aumentos tarifarios que causaron caída en el poder adquisitivo de las familias.
En tanto, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) que representa la línea de indigencia finalizó 2018 en $10.197, con un crecimiento del 53,5% en el año. En ambos, la evolución fue considerablemente por arriba de la inflación anual del 47,6 por ciento.
El mayor ritmo de las líneas de pobreza e indigencia se debe al mayor peso de las fluctuaciones en materia de alimentos y servicios públicos sobre los sectores más pobres del espectro. Esa influencia se debe a que los segmentos de menores ingresos dedican una proporción más grande de sus ingresos a gastos en alimentos y servicios.
En ese sentido, el traslado a precios de las turbulencias cambiarias experimentadas el año pasado y los ajustes en las tarifas energéticas y de transporte público pisaron fuerte en 2018. En el desagregado sectorial, los datos de Indec marcaron que los rubros de Transporte y Alimentos y bebidas no alcohólicas estuvieron entre los de mayor suba, por 66,8% y 51,2% respectivamente.