Según datos nacionales, esta infección estaría en los elevados niveles prepandémicos: 56,7 casos por cada 100 mil habitantes. Inciden los cambios en las prácticas sexuales, cada vez más liberales y sin cuidados. Chlamydia trachomatis y la gonorrea también aumentan. Las barreras de protección, claves. La explicación de una especialista santafesina.
La barrera de protección debe estar siempre presente, sobre todo en las relaciones sexuales ocasionales. Es la única forma de evitar contraer una ITS.
La «euforia» social generalizada con el levantamiento de las restricciones por la emergencia sanitaria del Covid-19 está mostrando la punta de un iceberg sobre la cual la comunidad científica está poniendo la lupa: un crecimiento exponencial de las Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) en la provincia de Santa Fe y en todo el país, particularmente la sífilis, la blenorragia (conocida vulgarmente como gonorrea) y Chlamydia trachomatis, entre otras.
En esto gravitan los cambios en las prácticas sexuales, que desde hace mucho tiempo no responden a la monogamia y que se reproducen en distintas tipologías más liberales: sexo casual, grupal e intercambios de parejas -entre otros-, sumado a la falta de cuidados en la salud sexual (el no uso de las barreras de protección es decir, los preservativos), y el consumo de alcohol y estupefacientes durante esas relaciones.
Cabe recordar que las ITS’s son justamente infecciones que se contagian de una persona a otra durante el sexo vaginal, anal u oral. Son muy comunes y muchas personas las poseen, inclusive sin saberlo (son asintomáticas). Enfermedades como la gonorrea, Mycoplasma urogenitales y Chlamydia trachomatis pueden producir infertilidad en las mujeres. El virus del papiloma humano (VPH) también es una infección que produce verrugas (en los genitales o en el ano) y puede derivar en neoplasia (un tipo de cáncer).Siempre es bueno reconocer a la persona con la que se mantendrá una relación sexual. Y el cuidado es clave. Créditos: Archivo El Litoral
De acuerdo a los últimos datos oficiales, desde 2010 la tasa de incidencia de sífilis a nivel nacional creció de modo sostenido, muy marcadamente en los últimos cinco años, hasta su pico de 56,1 personas por cada cien mil habitantes para ambos sexos, que se dio en 2019. En 2020 se produjo una caída pronunciada, con una tasa de 23,3 por cien mil habitantes (por la pandemia), y en 2021 comenzó a marcarse un ascenso, que llegó a 26,5 personas cada cien mil habitantes.
«Pero a su vez, las proyecciones de los registros permiten suponer que (para 2022-2023), la tendencia se acercará a los números prepandémicos, es decir, a la incidencia de 2019», se advierte en el Boletín N° 39 «Respuesta al VIH y las ITS en la Argentina» -última publicación, diciembre de 2021-, que elabora la Dirección de Respuesta al VIH, ITS, Hepatitis Virales y Tuberculosis del Ministerio de Salud de la Nación.
El minucioso informe agrega que la mayor proporción de pruebas de laboratorio positivas corresponde al grupo de adolescentes y jóvenes (15 a 24 años), cuya positividad fue del 9,1%; luego viene la franja de 25 a 34 años, con una positividad del 7,1%. «Si bien ambos son los grupos etarios más afectados, también son la población que más se testea: el 22,1% de las personas testeadas tiene 25 a 34 años y el 18,7%, 15 a 24 años».
La blenorragia (gonorrea) es la segunda de las ITS bacterianas más frecuentes, según los mismos datos oficiales. La tasa en 2021 fue de 6,4 casos por cada cien mil habitantes. Como en 2020, el reporte se vio afectado, posiblemente a causa de la emergencia sanitaria, y registró una caída del 13,7% con respecto al año anterior. El 41% de los casos notificados son de jóvenes de 15 y 24 años, seguidos por el 29% del grupo de 25 a 34 años.
Una voz especializada
«En 2019, hicimos un estudio de Chlamydia trachomatis (patógeno de transmisión sexual) en jóvenes asintomáticos, con una simple muestra de orina. Y tuvimos alrededor del 7% de prevalencia. Es mucho», pone en contexto en diálogo con El Litoral la microbióloga y bioquímica Emilce Méndez, Dra. en Ciencias Biológicas (FBCB-UNL), reconocida profesora de esa facultad y Máster en Bioética.
La especialista aludió a los cambios y transformaciones en las prácticas sexuales: «La actividad sexual grupal, los swingers, el uso de juguetes sexuales que se intercambian… Si no hay barrera de protección (preservativo), las ITS’s van a seguir aumentando. Lo que noto es que hay poca conciencia de los cuidados sobre la salud sexual», advirtió.
Las infecciones de transmisión sexual más comunes son las virales. Aquí aparecen, por ejemplo, el HPV y el herpes. «Pero las que avanzaron increíblemente son la sífilis, cuya prevalencia se triplicó en los últimos años, y la blenorragia, que antes se asociaba a sectores poblacionales de bajos recursos económicos, pero hoy esta infección está en las franjas sociales de clase media y media-alta. Y también Chlamydia trachomatis», añadió Méndez.
La «gran simuladora»
«Realmente lo que nos alarma es el avance de la sífilis -puso el acento en esta infección-. Es la gran impostora, la gran simuladora. ¿Por qué la denominamos así? Porque entra en la bacteria (Treponema pallidum) en donde se produce el contacto sexual. En ese lugar se produce una lesión primaria (chancro), que es como una úlcera. Pero este chancro puede aparecer quizás a los dos meses de que alguien tuvo el contacto sexual de riesgo: o bien empieza enseguida, o puede ‘simular’ hasta los dos meses su aparición. A veces se cree que el chancro desaparece; pero no siempre ocurre eso y la infección pasa a la sangre», precisó la microbióloga.
A los cuatro meses, empieza el «secundarismo», o sífilis secundaria. Con ello, aparecen lesiones en el torso, las palmas de las manos y las plantas de los pies. Pero también pueden surgir las condilomas, que son extremadamente contagiosas y se manifiestan con lesiones en las axilas, las ingles o el cuero cabelludo.
Infertilidad
Ahora hay una bacteria emergente que se llama Mycoplasma genitalium. «A este patógeno ya lo estamos estudiando en la facultad. Estamos muy alertas, porque sobre 200 pacientes, detectamos una prevalencia del 3%. Pero además, tiene resistencia al antibiótico con el que se trata, que es la azitromicina. Es un patógeno resistente», agregó la Dra. Méndez. Está en carpeta un proyecto para tomar una muestra mayor de pacientes, y así ampliar el estudio.
«Lo que tiene que la gente es que con un simple análisis de laboratorio, esto se puede detectar a tiempo», subrayó la especialista. Por otro lado, aparecen las consecuencias: por ejemplo, clamidia y micoplasma producen infertilidad en ambos sexos si no se trata a tiempo».
«Pensemos en una chica joven que contrae esta infección y no la trata a tiempo. En 10 años o más, quiere formar pareja y tener hijos, pero no podrá. Es alarmante, porque quizás se cae un proyecto de vida por no haberse hecho un análisis de laboratorio muy sencillo, y tratado la infección», advirtió Méndez. Y resaltó el valor y la importancia del bioquímico, del laboratorio clínico y de microbiología en el diagnóstico.
Barreras de contención
Las infecciones de transmisión sexual siguen muy vigentes. «Están vivas, por más que se crea lo contrario. Y con tanta oferta sexual que hay, debe tenerse mucho cuidado. Hay que usar barreras de contención, que son los profilácticos (o preservativos); saber reconocer a la persona con la que uno se está relacionando sexualmente, y si se la conoce, usar la barrera, pues no hay otra forma de prevención. Y si aparece una lesión -que podría ser producto de una relación sexual ocasional-, inmediatamente hay que consultar a un especialista, no automedicarse», subrayó Emilce Méndez.
También es necesario derribar un mito: «Muchas personas creen que tomar pastillas anticonceptivas para evitar un embarazo no deseado protege contra las ITS. Esto no es verdad», enfatizó. Aún hay una percepción errónea que aún pervive en la gente, y que es creer que tomando pastillas anticonceptivas, no sólo se evitará el embarazo sino también una infección de transmisión sexual, sobre todo en una relación sexual ocasional. Los anticonceptivos no protegen contra las ITS.
El mensaje de tomar conciencia y establecer cuidados en la salud sexual no sólo tiene que ir dirigido a los jóvenes, sino también al entorno familiar: «Hablo de los padres, los abuelos, a los tíos. A veces los chicos jóvenes tienen más confianza con un abuelo, o con un docente, que a lo mejor con los propios padres. Hay que hablar, porque mantenerse en silencio no ayuda. Siempre es bueno pedir un consejo, e insisto: un simple análisis de laboratorio ayuda a detectar a tiempo una infección», concluyó Méndez.
«Las ITS vienen en familia y hacen daño a la familia. ¿Qué significa? Que a veces un paciente puede tener 2 o 3 agentes etiológicos de ITS y, además el daño se puede causar a su pareja o a los hijos. Hay datos que lo demuestran, la sífilis congénita aumentó más del 235% desde 2016»