El síndrome de Fortunata es un patrón de comportamiento que tomó relevancia en las últimas horas. De qué se trata.
En primer lugar, el nombre del síndrome de Fortunata viene de la novela Fortunata y Jacinta, del autor Benito Pérez Galdós. Allí la protagonista, que lleva ese nombre, se enamora de Juan, un hombre casado y se vuelve su amante. Sin embargo, él no está dispuesto a dejar a su esposa y la historia se desarrolla con Fortunata haciendo su vida mientras sigue como amante, considerando que se merece el amor de Juan.
En primer lugar, es importante destacar que no se lo considera como un trastorno psiquiátrico o patología, a pesar de las múltiples características perjudiciales que tiene, no solo para la persona que lo sufre, sino también para todos los implicados en una situación de infidelidad.
Como bien lo refleja el origen de esta denominación, el síndrome implica generar una relación y dependencia emocional muy fuerte hacia personas casadas o en pareja estable. En estos casos se suele ver un enamoramiento muy fuerte por parte de la persona afectada y una dependencia emocional que dispone a hacer cualquier cosa que el ser amado le pida.
Esto último lleva a perdonar varias conductas inadecuadas y a darle prioridad a esa relación amorosa por sobre otras cosas. Además, quienes padecen el síndrome de Fortunata tienden a creer que la otra persona dejará a su pareja y que son más merecedores de su amor.
Por otro lado, los sentimientos sobre la pareja de la persona casada pueden ser muy distintos. En algunos casos se manifiesta desprecio y se la ve como alguien que le está sacando algo suyo, mientras que también puede sentirse admiración. También consideran que no están en pareja con la persona de la que se enamoraron por cuestiones azarosas, pero que es cuestión de tiempo hasta que suceda.