El asesino y la familia de la ex pareja de la mujer aseguraban que ella no lo dejaba ver a su hija y que por eso el joven cayó en una fuerte depresión y se mató en un accidente de tránsito.
Un peluquera que estaba trabajando en su local de la localidad tucumana de Bella Vista fue acribillada por su ex suegro, quien ingresó al local la atacó a balazos y luego se suicidó en el lugar. El asesino la culpaba de la muerte de su hijo, ocurrida tiempo atrás en un accidente de tránsito.
El hecho ocurrió en el negocio ubicado en la calle Atilio Santillán 48 y el agresor, Roberto Rojas, esperó a que una clienta abriera la puerta para ingresar. Después, abrió fuego contra la víctima y uno de los proyectiles impactó en la cabeza de Rocío Macarena Quesada (28).
La “joven de 28 años se encontraba en su peluquería cuando cerca de las 20 llegó un hombre y le disparó varias veces desde la vereda del local. Luego, se disparó a sí mismo en la cabeza. Ella fue trasladada al hospital y llegó sin vida, mientras que el hombre falleció en el lugar”, precisó el comisario José Carlos Valdez en diálogo con El Tucumano.
Según las primeras investigaciones, Rojas responsabilizaba a la mujer por la muerte de su hijo, ocurrida hace tiempo atrás al chocar su moto contra un paredón cuando conducía en evidente estado de ebriedad.
La familia señaló que el joven no podía ver a su hija porque Quesada lo impedía, y con el paso del tiempo cayó en depresión. Nunca le perdonaron a ella la actitud que había asumido ya que, a su entender, fue lo que provocó la muerte de su hijo.
“Es un hecho aberrante que judicialmente está resuelto, en razón de que se extingue la acción penal por la muerte del autor del mismo”, explicó por su parte a Télam Carlos Berarducci, de la Unidad Fiscal de Homicidios.