Desde hace un año, varios organismos del estado municipal y provincial en conjunto con los vecinos y la Defensoría del Pueblo, iniciaron un proceso hacia el logro de un sueño, el lote propio.
Hoy, un grupo censado hace un par de años que viven a la vera del barrio, a lo largo de 300 metros, sin agua, luz y todo otro servicio esencial, avanzan en un compromiso legal para mejorar sus vidas.
El avance tiene que ver con el compromiso formal de la firma del acuerdo, familia por familia, que hoy se está plasmando en un documento donde las familias asumen la responsabilidad del cumplimiento de acciones que les permitirá llegar al sueño anhelado.
«Entendemos que la responsabilidad de generar el puente para el acceso a un lote es el estado pero aclaramos que es un trato entre particulares ya que cada vecino comprará a un particular el lote, donde el estado es garantía del proceso ya que el incumplimiento es una forma de renunciar a este gran beneficio, como es, acceder a la tierra con todos los derechos y obligaciones institucionales”, explicó el defensor capitalino, Alberto Penayo.